Capítulo 20

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"A veces romperse desde dentro. Te ayuda a entender tus sentimientos".

— Kannetb Santiago.

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Mucho dolor para tan poca edad. Solo soy una adolescente, no tengo porque pasar por todo esto. En este tiempo he conocido la versión más rota de mi pero también estoy conociendo a la más fuerte, porque a pesar de todo sigo de pie sobreviviendo a tanto dolor. Y estoy tratando de amarme y valorarme, estar ahí para mí cuando el mundo se me cae, cuando estoy muriendo por dentro soy yo quien me abrazo dándome la calidez y el valor para seguir viva un día más.

Mis padres me han traído de nuevo a la casa aún cuando les suplique que no lo hicieran, no les importo, entonces, por qué me quieren tener cerca de ellos. Mi tía Mia no aparece y la necesito más que nunca, quiero que venga por mi. Este lugar no es mi hogar, y estás personas que viven aquí ya no son mi familia, nunca más lo serán.

—Ve a tu habitación —ordena mi padre.

Se sienta en el sillón, colocando ambos brazos en las orillas del sillón mostrando esa pose de hombre elegante. Mi padre es un hombre apuesto y a simple vista parece ser amable, el tipo de padre y esposo que todo mundo quiere, sin embargo, las apariencias engañan. Nunca nadie sabe que es lo que pasa dentro de la casa, todo el infierno que puede haber.

—No, yo voy a esperar a mi tía. Ella vendrá por mi —digo queriendo sonar firme.

—Ella no va a venir por ti, nosotros apenas te soportamos, ¿Tu crees que ella querrá tener en su casa?

Parpadeo varias veces para que las lágrimas no salgan. En sorprende como unas palabras pueden destruirte por completo, las personas nunca se dan cuenta de lo que pueden causar en otra con unas simples palabras.

—Ella no tiene porque venir por ti, ¡Es tu tía! —dice mi madre.

—Ya lo sé —me cruzó de brazos.

No sé de dónde estoy sacando tanta fuerza. Se supone que ya no quería seguir luchando, incluso me rendí pero al parecer aún no es mi tiempo y Dios no me permitió retirarme de la batalla.

—Solo quiero que lo tengas claro, somos tus padres y debes estar con nosotros —mi madre, Dios mío, la quiero pero últimamente ya no veo en ella a mi madre de antes.

—¿Mis padres? —digo con una amarga sonrisa— No están ni cerca de serlo.

—Tu tampoco estés ni cerca de ser la hija perfecta.

Muerdo mi lengua para no decir nada más, no quiero discutir con ella. Estoy apunto de irme a mi habitación pero escucho voces y luego se abre la puerta de golpe, mi tía Mia y Lucas entran a la fuerza, siento como si mi pequeña esperanza volviera. Lucas ni siquiera dice nada, solo me echa un vistazo y sigue caminando buscando a alguien, está buscando a...

Cubro mi boca con mi mano cuando veo que August sale de la cocina y rápidamente Lucas se abalanza contra él cayendo los dos al suelo. Lucas queda encima de él y comienza a golpearlo sin piedad alguna, mientras que August solo trata de poner las manos para que no lo golpeé en el rostro.

—¡Dejalo! —grita mi madre.

Mi padre y mi madre tratan de que Lucas deje a August pero él está cegado por la irá que ni siquiera pueden alejarlo, mi madre jala de la playera de él para que retroceda pero es imposible y mi padre lo jala del brazo, solo consigue que Lucas se aferre al cuello de la camisa de August para golpearlo con la otra mano libre. Verlos de esa manera me hace querer llorar, ver cómo están desesperados por defender a su hijo y que no lo dañen.

El rostro de la depresión #2 [✓]Where stories live. Discover now