Capítulo 15

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"Se necesita valor para estar orgulloso de lo que eres y se necesita coraje para admitir que necesitas cambiar"

— Ron Israel.

▫️▫️▫️

Mi pecho sube y baja como si haya corrido mucho cuando ni siquiera lo hice, Alex me trajo en su bicicleta y por suerte no nos hemos caído. Abro las puertas y el olor a vino llega a mis fosas nasales, hay demasiadas personas elegantes y fotógrafos que le toman fotos a mi familia, me quedo parada mirando a los tres, se ven tan bien sin mí y odio ver qué ellos están juntos sonriendo felices mientras yo estoy rota sin poder superar lo que pasó, no es justo pero también no es justo culparlos de lo que me pasó.

—Hija —dice mi madre en cuanto me ve.

Me obligó a sonreír para ella.

—Perdonenla —dice rápidamente mi padre—. Ya saben, siempre hay una oveja negra en la familia.

Ruedo los ojos y me marchó a otro lado donde no esté mi familia. Cojo una copa y bebo todo el vino, respiro profundo y vuelvo a coger otra copa. Mi pecho duele y trato de respirar hondo como si con eso el dolor se fuese a ir.

—¿Jen? —me giro y encuentro a Lucas quien luce un elegante traje.

—¿Qué haces aquí?

—La mujer con la que estoy saliendo es hermana de la señora que está haciendo la fiesta.

—¿Espera...? —me detengo a pensar en lo que me acaba de decir.

Una mujer rubia llega al lado de Lucas y esboza una gran sonrisa para mi.

—Te presento a Mia —dice Lucas colocando su mano en la cintura de la mujer.

—¿Usted es la hermana de mi madre?

—¿Quién es tu madre?

—Eliza.

Ella abre los ojos y me mira de arriba abajo como si no pudiera creerlo.

—¿Tú eres Jen? —asiento lentamente— ¡Dios mío! mírate ya eres toda una adolescente.

—Genial —dice Lucas emocionado.

—¿Por qué mi madre nunca me habló de usted?

—Hablame de tú —pide sonriendo—. Y Eliza siempre se ha vergonzoso de tenerme como hermana.

—¿Por qué?

—Porque tenemos formas de pensar diferentes.

—Entiendo —digo.

Mi madre llega a mi y me jala del brazo de forma agresiva que me hace soltar un quejido de dolor, me suelto inmediatamente y la miro como si estuviese mal de la cabeza. Ella parece asustada al ver que estoy con su hermana.

—Mia —le dice—. Te invite a la fiesta pero no quiero que estés cerca de mis hijos.

Veo como un solo cabello cae por su rostro e inmediatamente lo lleva detrás de su oreja para acomodar su peinado perfecto.

—Carajo, tranquilízate que no le he dicho nada sobre que tener sexo en lugares públicos está bien.

Mi madre abre la boca y su rostro palidece. Muerdo mi labio para no tener que reír, mi madre es una mujer que fue educada por unos padres con reglas estrictas que siguen lo correcto según ellos y lo que acaba de decir mi tía la ha dejado desubicada. Me preguntó por qué mi tía es tan abierta a esos temas del sexo como si fuese lo más normal mientras que mi madre solo escucha aquello y se espanta, se supone que fueron criadas por los mismos padres.

El rostro de la depresión #2 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora