13

24 3 0
                                    


Los días siguieron su curso, Sebastian había vuelto a ser el mismo pero Emanuel no, pero no en mal sentido, sino que ya no lo ignoraba cuando esté se le tiraba encima o cuando quería una foto de ellos juntos o cuando estaba cerca, ahora él hacía con Sebastian todo lo que antes este le hacía a el, pero a diferencia de Sebastian, Emanuel era de carácter más fuerte por lo que todos descubrieron pronto lo posesivo que podía llegar a ser cuando de su chico se trataba, otra cosa que cambió es que ahora dónde estaba uno estaba el otro al haber obtenido Emanuel más libertad gracias a su mayoría de edad y aunque ellos no estaban juntos legalmente porque el tema de los supuestos sueños de Sebastian nunca se volvió a hablar, todos sabían que algo había pasado para que Emanuel haya hecho un cambio tan drástico en tan poco tiempo.

Ellos aún no habían hablado del tema ni habían salido solos como para que uno le pueda pedir al otro ser su pareja, digamos que ambos se quedaron con que compartían una medalla y eso era más que suficiente para considerarse pareja, muy pocas cosas habían cambiado en su pareja por llamarlo de alguna forma y una de esas era el hecho de que Emanuel no perdía oportunidad de incomodarlo ya sea con un beso en la mejilla en público, quedarse mirándolo más de lo normal, que lo devore con la mirada o que se quede mirándolo fascinado cada vez que habla como si fuera lo más importante del mundo.

En resumen, todo lo que hacía Sebastian para el estaba bien, pero hay tres cosas que el hace y Sebastian nunca hizo y es el besarlo sin que se lo espere, que lo arrincone contra una pared o que vaya por detrás de el para dejar un beso fugaz en sus labios y después irse como si nada, ese detalle en particular matara a Sebastian en cualquier momento, pero por otro lado agradecía que no lo hayan hecho legal, porque estaba seguro que de ser así, no lo pararía nadie.

Sebastian ahora se encontraba en la casa de Jairo cuando su teléfono sonó anunciando una videollamada a la cual atendió enseguida, después de todo estaba solo en el cuarto de su amigo, Jairo se había ido a duchar al igual que Octavio, los padres de Jairo estaban trabajando y hasta donde sabía, Emanuel había salido con sus amigos pero este ya había vuelto solo que no lo había nota, a Yoongi no lo veía desde de hace meses ya que no hablaba con el y lo extrañaba muchísimo, sus padres estaban divorciados por lo que este pasaba un año con cada uno, pero como ya todos habían terminado la bendita secundaria, esperaba que se quede un poco más.

¡¡Cairo!! ¿cómo estás?...- lo salude animado cuando la imagen de este apareció en la pantalla y debía admitir que se veía muy bien con el nuevo color de cabello y anteojos.

Bien extrañándote mucho... y a los chicos obviamente...- sonreí al notar que se puso nervioso.

- alguna novedad? algo que deba saber?...

Sebastian niega y Emanuel desde su lugar lo mira entre asombrado y dolido porque una parte de él tenía la esperanza de que le diga lo de ellos.

- Sebas, ¿sabes que vuelvo la otra semana no?...- niego.

Se traslada a la silla del escritorio para colocar su teléfono sobre la base para celular de Jairo quedando de espalda a la puerta y a Emanuel el cual ya había entrado y se había sentado en el banco junto a la puerta.

No, no lo sabía pero es bueno, ya te extrañaba, ¿esta vez te quedarás más tiempo o sigues con un año y un año?...- no contesta.

La verdad no lo sé, siendote sincero, ayer cuando hable con Octavio me dio a entender que algo sí había pasado que yo no sabía...

No estoy entendiendo...

Emanuel pudo notar su nerviosismo, eso lo entristeció y enojo de igual manera pero igual se mantuvo en silencio.

Si que entiendes Sebas, pero igual te lo diré, en resumidas palabras le pregunté por ti y si estabas con alguien y no me contestó, justo entró su madre y tuvo que cortar porque lo necesitaba, pero tanto vos como yo sabemos que cuando Octavio presiona sus labios es porque no quiere hablar de más o porque siente que no le corresponde hablar del tema...- mire a cualquier lado menos a el.

- como también te conozco lo suficiente como para saber que cuando no me miras es porque estás mintiendo...- niego.

Si y no...- respondo finalmente.

Entonces estás con alguien pero no es nada importante ¿no?...

Confirmó moviendo su cabeza partiendo a la misma vez el corazón de Emanuel el cual seguia sin creer lo que estaba escuchando.

- entonces si creo que volveré y me quedaré más tiempo... Sebas...- dejo de mirar mis manos y lo miro.

- está todo bien?...

Si todo está bien...

Y porque suenas como que no?...- podía ver la preocupación en la cara de mi amigo con derecho pero a la misma vez no podía contarle lo de Emanuel, no por teléfono.

Pero Emanuel a eso no lo sabía y escucharlo le rompía cada vez más el corazón, porque el estaba esperando que fuera año nuevo para pedírselo y que así comiencen un año nuevo juntos, pero por lo visto su Sebastian no tenía los mismos planes y eso dolía, dolía como la mierda.

Solo estoy cansado Cairo...

Ok, entonces espérame Sebas, en una semana vuelvo...- asentí haciendo un esfuerzo porque no se note que estaba mal.

Sebastian se quedó unos minutos mirando su mano, luego miró por la ventana suspirando hasta que en el reflejo de esta algo llama su atención, al darse vuelta rápido se encuentra con la mirada dolida de Emanuel.

Ema...- iba a ponerme de pie pero me detuvo cuando levanto la mano.

No digas nada, escuché lo suficiente...- niego, Ema se pone de pie secando sus lágrimas.

- no se ni quiero saber los motivos por el cual no dijistes nada de lo nuestro por decirlo de alguna forma y se que debí pedirtelo, pero pensé, como un estúpido creí que con el simple hecho de compartir una medalla la cual creía especial por lo menos para mí  era suficiente....- no conteste, pero no porque no sepa que decir, sino porque las palabras no me salían.

- pensé que lo nuestro era tan especial que no necesitábamos las palabras para saber lo que el otro quería, que no éramos como las otras parejas que necesitan un título para estar bien...

Sonríe amargo limpiando las lágrimas que habían logrado escapar de sus ojos para rodar por su mejilla, Sebastian por su parte ya era un mar de lágrimas al ser más sentimental, Jairo le dijo que debía hablar con Cairo al ser amigos con derecho y porque se acercaba el momento de su regreso pero Sebastian lo ignoro y ahora estaba pagando las consecuencias por no haberle hecho caso.

Ema...- niega sin mirarme.

Tu ya elegiste y lo elegiste a el...- ahora fue mi turno de negar poniéndome de pie.

¡¡ Eso no es verdad, yo te elegí a ti siempre y te consta!!...- niega riendo.

No te engañes Sebastian...

No me estoy engañando...- contesto enojado.

¡¡ Has memoria Sebastian!!... ¡¡ cada vez que el vuelve tu pierdes todo interés en mí y eso se lo puedes preguntar a cualquiera!!...- contesta levantando la voz.

¡¡Eso no es verdad!!...- contesto en el mismo tono.

¡¡ EL ÚNICO QUE NO LO PUEDE VER ERES TU!!...- contesta ya muy enojado.

- ¡¡ Y YO FUI UN ESTÚPIDO AL PENSAR QUE ESTÁ VEZ SERÍA DIFERENTE!!...

Que ocurre?...- Jairo apareció preocupado mirandonos.

Nada...- negó mirándome con decepción.

- fue lindo mientras duró...- abre la mano dejando caer sobre la cama que está entre los dos la medalla que compartimos y salió de la casa dando un portazo.

Llamó Cairo no?...- pregunto una vez solos, asenti volviendo a sentarme pero ahora con la medalla en mi mano.

- ahora que habías conseguido que deje de ignorarte la venis a cagar, te dije que hablaras con el...- no conteste, Jairo se acercó y me abrazó, yo por mi parte me aferra a su cintura para seguir llorando.

Mi Futuro EsposoWhere stories live. Discover now