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Capítulo dos - Pociones.

Estaba en el expreso de Hogwarts, charlando con mis amigos. Les conté por decimocuarta vez lo ocurrido en los mundiales, cómo vi a alguien poner la marca tenebrosa en el cielo y cómo fue mi pequeña "conversación" con Malfoy.

—Que extraño... —murmuró por lo bajo Ron.

—¿El qué es extraño? —preguntó Hermione.

—Malfoy. —el pelirrojo entrecerró los ojos. —No nos dirigió palabra cuando nos vio en los mundiales y... ¿Parece que se preocupó por ti?

—Es normal. —los dos la miramos. —A ver, Malfoy siempre ha sido un asco de persona con nosotros... Bueno y con la mayoría del mundo, pero sigue siendo humano.

—¿Humano? —el pelirrojo soltó una risa.

—Bueno, más serpiente que humano, —dijo la castaña, haciéndonos reír. —pero tal vez no nos insultó en los mundiales porque estaba con sus padres, y tal vez insistió con que salieras de allí... Pues es lo que haría cualquier persona normal.

—Ya, pero el no es una persona normal, Mione. —dije. —Voy a por algo del carrito, ¿Queréis? —los dos negaron con la cabeza y yo salí al pasillo del vagón.

—Cuatro ranas de chocolate, por favor. —Malfoy estaba pidiendo en el carrito un poco mas adelante. Cuando me miró sus ojos me escanearon y volvieron a la señora que ya le ofrecía las ranas. —Gracias. —dijo y le dio los galeones.

Caminó hacia mi con sus ojos clavados en los míos, hasta que estuvo a mi lado y los apartó, sonrió de lado y me chocó con el hombro al pasar.

—Eso ya es más normal. —murmuré sujetándome el hombro.

***

Entré a mi vagón y me senté al lado de Blaise. Me hundí en el asiento, mientras echaba la cabeza hacia atrás suspirando.

—¿Qué te pasa, rubia? —me preguntó Pansy.

—¿Habéis visto ya a Potter? Tiene el pelo un poco más largo que el año pasado.

—No me fijo en los castaños.

—Azabache. —corregí.

—Lo que sea. —Blaise puso los ojos en blanco sonriendo.

—¿Ya te lo has cruzado? —preguntó Theo.

—Si... No me había fijado bien en los mundiales. —dije mientras les daba una rana a cada uno.

—Bueno, vale, ya basta de hablar de Potter. —dijo Pansy.

—Está tan bueno. —Theo me tiró su libro. —¡Ey, yo no me quejo cuando tú babeas por Longbottom!

—Eso es mentira y tú lo sabes. —dijo, haciéndonos reír.

***

Dumbeldore no tenía mejor momento del día para pedirme ir a su despacho, tenía que ser a la hora de la primera clase del curso, encima justo cuando me toca pociones.

Me preguntó lo que había visto en los mundiales de Quidditch, si había visto quien lanzó el hechizo para conjurar la marca tenebrosa y poco mas. Ahora llego quince  minutos tarde a pociones.

Snape me va a matar.

Toqué la puerta de la clase con temor, y cuando escuché el "adelante" la abrí.

—Señor Potter... —Snape arrastraba las palabras, como siempre. —¿Por qué no me sorprende que llegue tarde el primer día de clase?

—Yo... Dumbeldore me dijo que...

—Si, lo se, sólo tome asiento. —dijo interrumpiéndome. —Como verá, éste año los asientos están distribuidos de otra manera, Gryffindor mezclado con Slytherin, a petición del director. Usted se sienta ahí, justo al lado de Malfoy.

No me jodas.

Arrastré los pies hasta el asiento junto al rubio. Este apenas me miró de reojo, y miró a Snape con mala cara.

¿Qué pasa, Malfoy? ¿Ya no eres el favorito de tu padrino?

Giré mi cabeza buscando la mirada de mi pobre amigo, que estaba al lado de Zabini. Me miró con angustia, y yo solo alcé los hombros.

Estuvimos toda la hora copiando teoría y escuchando explicaciones de Snape, me ponía nervioso tener a una serpiente al lado. Aunque él apenas me miraba, y ni me dirigía la palabra, nunca había estado una hora de clase sin hablar, o sentado con alguien que no fuese Ron.

Cuando la clase acabó, prácticamente salí volando del aula.

—¡Que infierno de clase! —lloriqueó mi amigo.

—El que debería quejarse soy yo, tío. —dije en un suspiro.

—Shh, odio estar al lado de una serpiente. Ugh...

—¿Zabini te ha hecho algo? —preguntó Mione.

—Um... No. De momento. —contestó él.

—Supongo que así mejor. —dije.

—Si... Están... Cambiados... —pensó la chica en alto.

—Igual han madurado. —nos miramos por unos segundos y después nos echamos a reír.

—Deberíamos ir a la siguiente clase. —sugirió la castaña.

—Supongo, al menos no nos toca con Slytherin. —comenté y comenzamos a caminar.

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𝑵𝒐 𝒕𝒂𝒏 𝒆𝒏𝒆𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔 [𝑫𝒓𝒂𝒓𝒓𝒚]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon