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Capítulo catorce - Yule Ball. 

Llegó la noche de navidad, y yo me estaba preparando en mi habitación junto con Blaise. Pansy, ya lista hacía una hora, charlaba con nosotros.

Me arreglaba la pajarita ya puesta, mientras que Blaise, se ponía la chaqueta, emocionado.

—No me puedo creer que Weasley te haya dicho que si al final. —dijo la pelinegra desde mi cama.

El moreno sonrió aún más. —Yo si, al final todos los cumplidos sirvieron de algo. —dijo y Pansy puso los ojos en blanco. —Qué, ¿Estás molesta porque tú no vas con tu noviecita?

—Oye, ¿Qué tiene de malo que vayas conmigo? —le pregunté fingiendo estar indignado.

Ella se levantó y se acercó a mi. —Nada, rubia. Pero no me digas que tu no hubieras querido ir con Potter. —dijo pasando su mano por mi chaqueta.

—No, esto me sirve para ver si se pone celoso por bailar contigo. —sonreí.

—Claro. ¿Con quién va a ir? —preguntó.

—Me dijo que consiguió que Parvati Patil aceptara ir con él.

—Si, Ron estuvo a punto de aceptar ir con su hermana, Padma. Pero gracias a mi, va a ir con alguien mucho mejor. —dijo el moreno mirándose al espejo.

—Si, Blaise. Lo pillamos. Tú vas con quien quieres. —dijo Pansy mientras yo me ponía un perfume francés.

—Listo, ¿Vamos? —me giré hacia mis amigos.

Pansy, llevaba un vestido verde oscuro, de tirantes y con una abertura en la falta justo donde su pierna. Su pelo negro, corto y con flequillo perfectamente planchado, anillos, pulseras, pendientes y un collar de plata, y maquillaje ligero. 

Blaise tenía un traje negro con la pajarita de igual color, que se lo mandó su padre de una marca Italiana, también un anillo de plata.

Y por último yo, también llevaba un traje negro importado de Francia, de una de las mejores marcas. Camisa blanca, al igual de la pajarita, varios anillos, también de plata, y mi pelo rubio tenía la raya a un lado.

—¡Vamos! —exclamó Blaise, saliendo de la habitación.

***

Estaba en la entrada del gran comedor, con Ron y Parvati, esperando a los Slytherin y a Hermione.

Yo intentaba establecer una conversación con mi pareja, para que la noche no fuera tan incómoda, cuando una cabellera rubia que destacaba por todo el lugar llamó mi atención.

Mi mirada se dirigió completamente hacia allí, donde el trio de bronce caminaba hacia nosotros. Parkinson, a la izquierda, caminaba elegantemente luciendo su vestido verde. Zabini, a la derecha, se acomodaba la chaqueta de su carísimo traje. Y Malfoy, en el medio, caminaba con las manos en los bolsillos de su pantalón negro, reluciente. Algunas chicas se giraban hacia ellos para mirarlo. Su pelo platino, perfectamente peinado combinaba con sus ojos grises.

Me derretí en ese momento.

El rubio pensó en lo adorable que se veía el Gryffindor con su traje, a la vez que le hacía extremadamente atractivo. Pero eso él no lo sabe.

El moreno fue a saludar al pelirrojo, que llevaba un traje que yo le había prestado, porque se negó a ponerse el que le mandó su madre si iba a ser pareja del Slytherin.

—Hola, Potter. Weasley. Patil. —saludó Malfoy, al igual que su amigos.

—Hola, chicos, —devolví el saludo.

𝑵𝒐 𝒕𝒂𝒏 𝒆𝒏𝒆𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔 [𝑫𝒓𝒂𝒓𝒓𝒚]Where stories live. Discover now