𝑵𝒐 𝒕𝒂𝒏 𝒆𝒏𝒆𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔 [𝑫𝒓𝒂𝒓𝒓𝒚]

21.

Capítulo veintiuno - El cumpleaños y la confesión. (1/2) 

Al día siguiente, cuando nos juntamos los seis en el jardín en nuestra hora libre, como de costumbre, decidí hablar.

Carraspeé. —Mione, Pansy, ¿Cómo estáis? —pregunté fingiendo no saber nada.

Se miraron entre si, confundidas. —Bien, Harry, ¿Y tu? —contestó la castaña.

—Genial, estoy muy bien. Decidme, ¿No hay nada que queráis contarnos?

Noté cómo se pusieron nerviosas, el moreno y el pelirrojo observaban sin saber nada. La pelicorta soltó una risa nerviosa. —¿De qué hablas, Potter?

—No se, tal vez de que...

—De por qué os vimos ayer besándoos al lado del lago. —interrumpió el rubio.

Las chicas abrieron los ojos como platos.

—Qué, ¿Qué? —preguntó el pelirrojo confundido.

—¿Y no nos habéis dicho nada? —dijo el moreno indignado.

Las dos chicas se miraron entre si, y luego nos miraron a nosotros.

—¡Está bien!... Estamos saliendo. —confesó la ojiverde.

—Ya nos hemos dado cuenta, ya... —dijo el rubio. —¿Desde cuándo?

—Solo unos días, hace menos de una semana. —dijo ésta vez Hermione.

—Y, ¿Por qué no nos lo habéis dicho? —preguntó el pecoso. —Es decir, nosotros os lo contamos el día que empezamos a salir.

—Si, Ron, lo sabemos, pero... Nos parecía un poco anticipado. Lo siento. —se disculpó la Gryffindor.

Suspiré. —No importa, nos alegramos por vosotras. —dije con una sonrisa. Ellas me devolvieron la sonrisa, aliviadas.

***

Junio.

El verano se aproximaban, también las vacaciones, la última prueba... Y como no, el cumpleaños de Draco.

El trío de Slytherin y nosotros habíamos estado esforzándonos mucho para los exámenes, habíamos pasado muchas horas en la biblioteca preparándonos para aprobar.

Los exámenes fueron en la última semana de mayo y en los primeros días de junio, y afortunadamente, todos logramos hacerlos.

Draco y yo, seguíamos practicando hechizos a veces en nuestra sala, como la llamaba él.

Blaise y Pansy nos sugirieron hacerle a Draco una fiesta sorpresa, ya que a éste le gustan las fiestas y las sorpresas.

Acordamos en hacerlo en la sala común de Slytherin, Blaise se encargaría de invitar a gente y de hacerles jurar  no dirían nada sobre la fiesta. Después ayudaría a decorar la sala y a conseguir una tarta.

A mi me encargaron de distraer al rubio hasta que estuviese todo decorado, cuando estuviese todo listo, Blaise vendría a buscarnos con la excusa de que me necesitaban urgentemente en dirección, así llegaríamos antes que Draco a la sala común.

Así que al rededor de las 10 pm, Pansy sacó al ojigris de la sala común y yo aproveché para preguntarle si quería dar un paseo por fuera, aprovechando la buena temperatura y lo bonito del cielo.

Estábamos sentados en el césped, en la parte trasera del castillo, donde se veía la cabaña de Hagrid y a lo lejos en bosque prohibido. No tenía de qué quejarme, pero no entendía por qué tardaban tanto, pudiendo decorar con magia.