Capítulo 2 - LA NIÑA Y LA BRUJA-

141 16 58
                                    

Las hojas giran alrededor de ella, que ríe, están muy alejadas de todo y todos, de los curiosos... de quienes podrían causar más daño que brindar apoyo... de quienes la juzgarian y porque no... de esos que podrían incluso atentar contra su vida...

Su nana es quien se la lleva cada día, la adentra en caminatas a los bosques que circundan su propiedad, es testigo de lo que ella es capaz, sus ojos se transforman del verde al dorado en segundos y todo comienza.

Ulia es testigo único de lo que puede, desde levitar piedras, hasta atraer objetos a sus manos, lanzarlos muy lejos con tan sólo mirarlos, desaparecerlos y hacerlos aparecer pronto o luego, dependiendo de cómo quiera jugar... no quiere pensar de qué más podría ser capaz, pero esto la ayuda a aceptar su bendición o maldición, como quiera llamarse, su nana trata de normalizar lo que Daisy hace o genera.

Alguien se ha percatado de esas salidas diarias, es la hija de Juliette, doméstica de la casa y mano derecha de Ulia, la niña mayor en dos años a Daisy camina con sigilo, adentrándose por el camino por el cual ellas lo hicieron minutos antes.

Florence es una niña bastante despierta, precoz para su edad, ayuda a su madre en las labores de la casa y muy dentro siente que ese no es su lugar, no tiene padre, este abandono a ambas a dos semanas de nacida, nunca preguntó más. De cabellos rubios recogidos en dos trenzas y ojos verdes, sigilosamente se abre paso entre ramas, tratando de pisar con mucha suavidad, entonces la escucha, murmullos y esa risa... Sonríe, se aproxima y baja unas ramas, no puede creer lo que ve, Daisy gira y alrededor de ella flores y hojas lo hacen también, es como si la niña pelirroja danzara en medio de todo, se percata de que en un momento al girar sus pies se despegan de ese suelo, no es mucho, tapa sus labios, la niña de la casa es una bruja y las brujas lastiman y hacen daño, se aleja a prisa, se cae lastimando las palmas de sus manos, pero continúa...

_-_

Daisy y Ulia llegan a casa, Florence las observa desde la ventana de la cocina, su madre prepara masa para pies de manzana y tartaletas para la cena.
- Flor... Ve por huevos de codorniz... Deja de escabullirte...

La niña asiente con la cabeza y sale, tiene diez años, han transcurrido dos años desde el accidente y muerte de la señora de la casa, Florence cree en su total inocencia que tal vez no fue lo que se dijo... Que Daisy le hizo algo a su madre...

Trata de salir sin cruzar a Ulia, ambas son brujas pues reía con lo que hacía Daisy... Es la conclusión a la que llega, es por eso que se salvo de aquel espantoso accidente.

Llega al granero, sube por una escalera, son como unos tres metros, esta bastante acostumbrada, mientras toma de los huevos de codorniz no se percata de que tiene una espectadora, Daisy la mira, nunca han cruzado más palabras de las necesarias.

Coloca cada pequeño huevo en una canasta, aquella escalera tiene movimiento porque cuenta con pequeñas ruedas que se mueven a medida que ella recorre sosteniendose de una especie de baranda que hace parte de aquel criadero de codornices. Florence no nota aquella araña que camina por este, al tomarse y sentir ese cosquilleo mira y da un grito, no puede con su peso que la lleva hacia atrás y cae...

Ulia que sale por varios leños escucha este, suelta los que tiene y corre hacia aquel granero, Florence no toca el piso, mira aterrada a un costado y la ve, Daisy tiene un color extraño en los ojos, apenas si es acostada con mucho cuidado por lo que eso sea y da otro grito, Daisy huye...

Ulia ingresa y ve aquellos huevos rotos, a Flor en el piso, sabe lo que ha sucedido,
- ¡Florence! ... ¡Cariño! ... ¿Estás bien?... - menciona tocando sus brazos y piernas, ella afirma asustada con la cabeza, lo está... No tiene un solo rasguño... La ayuda a ponerse de pie, observa hacia arriba, pudo ser fatal, Florence sacude su vestido y busca a Daisy con la mirada, pero no están más que ellas dos...

RENACER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora