Capítulo 4 -... SUS OJOS -

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Daisy camina, puede sentir la textura del cesped en sus pies, la brisa del viento en su rostro, este es amable con su piel... observa aquel amanecer a lo lejos, es una mujer ahora, puede ver sus manos y tomar su vestido, es largo y el color es marfil, le parece extraño pues no está acostumbrada a este tono y sobre todo al encaje, este vestido lo es, luego de caminar por mucho llega a un claro y se detiene.

Aquel sol lo ilumina todo, sonrie el paisaje es espléndido inhala y exhala, escucha pasos detrás y se gira... ahí está... Un joven de muy buen porte, que siente conoce... con la piel tan blanca, como esas esculturas de las que su padre le habló...

Distingue su cabello que en ondas llega por sobre sus hombros, pero lo que más llama su atención son esos ojos... Sus ojos que dicen tanto... El sol puede reflejarse en ellos, él se aproxima y toma sus manos, Daisy sorprendida puede ver las suyas tan pequeñas en comparación a las que las sostienen, son manos grandes y también muy blancas, esos dedos igual de largos...

Él acaricia el dorso de las suyas con esos dedos, Daisy levanta la vista y este hombre se aproxima mucho más... Tan cerca, puede notar aquel color de fuego en sus ojos y esas pestañas se cierran... puede sentir el roze de esos labios en sus labios, es delicado, es tibio...

Nunca ha besado, su corazón... puede sentirlo palpitar muy fuerte y rápido, los dedos del extraño suben por sus brazos y ella tiembla, acarician sus hombros, su cuello y llegan a su quijada, profundiza más el beso, Daisy se aparta, es imposible, la toma tan fuerte, quiere alejarlo, no puede...

Se gira para apartarse, él la toma y contra su voluntad la recuesta por sobre ese pastizal. Quiere luchar y perder, quiere apartarlo y quiere ser dominada, él sujeta sus manos por sobre su cabeza, puede sentir su cuerpo, puede sentirlo entre sus piernas y aquellos ojos son de fuego, Daisy siente aquella caricia por sobre sus piernas y sentir subir esos dedos hacia sus muslos, se mueve, mientras más lo hace más lo siente...

Aquellos ojos la dominan, aquellos ojos la absorben y ella lo desea, sus dedos sujetan y presionan y cuando llegan a su intimidad es todo, siente su vientre caliente, sus mejillas arder y desea su boca...

Despierta tan de pronto, se incorpora en aquella cama, su respiración es pesada y profunda, inhala y exhala rápidamente, sus pulsaciones son fuertes, el calor de su cuerpo y su vientre que late, que late de placer, la sensacion recorre sus piernas aún, puede sentir ese líquido mojar su ropa interior, agradece estar sóla, su cuerpo reacciona a ese sueño y sus ojos... Aquellos ojos se graban en su mente y corazón...

_-_

Ulia ingresa a la habitación, cuando ella dormía con su niña siempre estaba ordenada, ahora es un contraste tan notorio, no por los muebles o vestidos, la parte superior si está ordenada, el piso es lo que no, varios papeles esparcidos por este, pinceles, grafos y ella... sentada en su mesa de dibujo...

Con diecisiete años es una joven muy hermosa, tiene el cabello suelto y trabaja sobre aquel papel, Ulia se aproxima, conoce que Daisy dibuja o pinta lo que conoce,
- ¿y eso?... - consulta colocando una bandeja con el desayuno en otra mesa más pequeña.

Daisy suspira profundo,
- unos ojos... - responde sin dejar de trabajar y acariciar estos, Ulia no le da importancia, Daisy dibuja de todo...
- ¿y Florence?... - pregunta sin despegar la vista del trabajo que realiza.

- se fue al poblado, debe recoger varias encomiendas que envió tu padre... - responde su nana.

- pudo haberme dicho... - menciona Daisy mirando a Ulia.

Ulia se cruza de brazos,
-si vino... Pero dijo que las sábanas se te habian pegado...

Daisy parpadea... ¿ Flor escucho algo?... Decide concentrarse en lo que recuerda de él, continúa con aquel dibujo a lápiz, suspira, recuerda mucho de ese sueño, aquel cabello y los ojos es lo que quiere se guarden en su memoria...

RENACER Where stories live. Discover now