Capítulo 45 - AMENAZAS-

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- hola... - dice esa voz y Daisy se gira sorprendida y también asustada... sus ojos azules la observan curiosos,
- perdón, mi nombre es Richard Madden aunque ya me presente... - él rie y niega con la cabeza - puede llamarme Rich... Lamento haberla asustado... Es sólo que este no es un lugar seguro, podría toparse con un oso o un puma...

*

-... yo quiero darte tu regalo por adelantado... Sé que vas a recibir mucho más que esto, por eso quiero dártelo antes... - responde él y toma de un bolso de cuero que lleva cruzado en el pecho algo, es un paquete, el papel de color madera que lo cubre es el fondo exacto para el listón rojo que lo ata, ella sonríe,
- no debiste... Gracias Rich... - desata ese listón con cuidado y el papel se abre, es una hermosa caja de madera para guardar lápices y pinceles.

Daisy lo observa, sus ojos brillan,
- Richard... Es preciosa... - menciona acariciando la tapa de esta, él exhala,
- la hice yo, la inicie hace unos días... Es algo pequeño y sencillo, van a obsequiarte de todo...
- es perfecta... - corta ella mirándolo... - es perfecta...

Richard abre los ojos, el rostro de Daisy Fawkner es muy claro... No puede entender ese sueño, no puede entender el por qué de ese cabello rojo y vestimenta, pero no tiene dudas... son él y ella en paisajes que no recuerda haber visitado y que sin embargo se hacen familiares a medida que los analiza, toma su reloj de pulsera de la mesa de noche, aún no amanece y siente ansiedad por lo visto en este...

_-_

Adam despierta, sonríe al verla, aún no amanece, su cuerpo está tibio, su respiración puede escucharla, calmada y tranquila... la luz de la ciudad ilumina parte de su rostro, su diosa... la hizo suya y no va a preguntarlo o retomar el tema de ese recuerdo, él es el primero y una idea se instala en su cabeza... quiere ser el último... No creía en el matrimonio, pero conocerla y sentir lo que siente... Exhala bajo...

Por debajo de las sábanas sus dedos recorren su cintura y suben a sus senos, son suaves, sus pezones son delicados y acaricia muy suave, aspira el aroma de su cabello... luego de varios segundos haciéndolo la escucha quejarse, se detiene, una vez que se cerciora de que aún duerme baja sus dedos por sobre su estómago y vientre, acaricia su piel, ella se acomoda y se gira a él, se detiene y luego de un tiempo sus dedos buscan llegar a su intimidad... Lo logra, comienza a subir y bajar sintiendo cómo se lubrica, Daisy gime bajo, sueña...

... sujeta sus piernas y simplemente la jala, es firme pero no la daña, toma ese camisón y lo sube hasta que este queda por sobre su vientre, ella tiembla y el pudor quiere tomarla cuando él contempla sin reparo alguno su sexo, él besa de nuevo sus piernas y muslos y ella cree que va a suceder... ¿Es esto?... Su boca la enloquece y un pequeño grito es lo que da cuando la siente en su centro, esa lengua que comienza a subir y bajar, Daisy gime...
- Ben... - él es delicado, mucho, Daisy no puede creer lo resbaloso de esa lengua, él toma sus caderas y sus labios no dejan de arrebatarle quejas, Daisy lleva sus manos por sobre su cabeza y cuando él llega a su clitoris se pierde con esas succiones que hacen que sólo quiera más, sin quererlo sujeta su cabello con una mano y Ben gruñe buscando llevarla a su primer orgasmo...

Adam introduce un dedo, pues la escucha quejarse, luego otro y busca sus labios para besarla, ella despierta...
- Ad... - murmura y se abre a él, se abraza a su cuello y él besa el suyo, besa sus hombros, mientras la masturba con ese movimiento que comienza a arrancarle respiraciones profundas, gemidos, él traga en seco, sujeta sus manos por sobre su cabeza y la observa, tener ese sueño y despertar como lo hizo es una experiencia única, lo soñó por tanto y tenerlo como ahora no tiene comparación...

Llega a la cúspide de su placer, se frota en esos dedos, en esa mano, su cuerpo se ha descubierto con él, si tiene un dominio en el caño, sus movimientos son perfectos, sus caderas marcan el ritmo y la intensidad de esa fricción que se devuelve en espasmos, contracciones y placer... Mientras tiene su orgasmo Adam la gira y coloca de espaldas a él, suelta sus manos, la tortura aún con esos dedos, sus pieles vuelven a humedecer, besa el pequeño pabellón del oído que tiene cerca, muerde su cuello, besa este... Sus dedos la enloquecen, salen y la penetra... Ambos gimen por lo que esto genera, los dedos no se apartan de su clítoris... Su movimiento en penetraciones pausadas y profundas inicia y ella se deja hacer, tiene la certeza de que es suya, de que no existe otro hombre con el que pueda llegar a sentir así...

RENACER Where stories live. Discover now