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Vi la figura de Hyejin balanceándose de arriba hacia abajo sobre sus pies, esta vez usaba rosa como era habitual y atraía las miradas de varias personas del lugar, ya sabía que tenía una presencia llamativa
—Llegas tarde— Fue lo único que dijo con una cara seria.
—De hecho llegue antes que tú, solo que no acordamos un lugar y tuve que dar la vuelta por alguien— Inhale con fuerza para recuperar el aliento después de haber recorrido todo el centro comercial para encontrarla.
—Tienes el cuello arrugado, solo déjame— se acercó a mí y acomodo el cuello de mi camisa y puso sus manos en mis hombros mientras sonreía— Listo, vamos— sentí como las personas nos observaron, a veces Hyejin hacia cosas como esa, no estaba acostumbrado a sus momentos de cercanía, otro mal hábito en ella.
—¿Así que lo pensaste?
—De hecho si, un brazalete sería buena idea, usa mucho esas cosas— caminamos a la par mientras mirábamos las diferentes tiendas.
—Que bueno que usaste tu cerebro— hablo con sarcasmo, me sorprende que no haya empezado a molestar desde antes.
—Estoy empezando a arrepentirme de haber aceptado.
—Yo soy quien debería decir eso, no olvides que fuiste tú quien suplico mi ayuda— caminamos hasta un lugar donde vendían joyería y bisutería, entramos y habían muchas variedades, colores y diseños.
—Empiezo a arrepentirme de eso también.
—¿Que opinas de esta?— señaló una de las pulseras del mostrador, bastante exagerada y con muchas piedras extravagantes.
—Si que te gustan las cosas brillantes.
—Bueno creo usar algo bonito siempre es importante— respondió sin verme, miraba con mucho detalle y fascinación cada cosa que veía en los estantes.
—Pensaba en esto— levanto un brazalete café trenzado y me miró incrédula.
—Vaya pareces daltónico ¿Por qué tan oscuro? Muy simple— camino frente a mi y volví a mirar mi opción y la dejé de nuevo donde la vi para seguir a Hyejin.
—No podremos llegar a un acuerdo, tu y yo somos totalmente incompatibles.
—Claro, yo si tengo buen gusto— Caminamos por los alrededores de la tienda viendo los vistosos accesorios
—¿En qué puedo ayudarlos?-— un señor se acercó a nosotros, supongo que nos vio sospechosos, bueno siempre tengo esa impresión cuando se me acercan.
—Buscamos pulseras para dama— respondí.
—Claro, creo que estás podrían ser del agrado de su novia— hablo con una sonrisa, mientras lo miraba con el ceño fruncido, hasta sentí escalofríos.
—No, no— trate de aclarar rápidamente la situación.
—No soy la afortunada— me interrumpió y giro a verme con una pequeña sonrisa de lado, mientras el señor solo asentía con diversión— es para un obsequio— el señor asintió y nos llevó al frente de un mostrador.
—¿Podría ver esa?— señale una pulsera plateada con pequeños adornos brillantes y un accesorio en forma de letra musical— ¿Qué tal?
—Mucho mejor, es linda— sonreí y observe de nuevo el accesorio— Bien quiero llevar está, espera afuera, voy a pagar— Hyejin asintió y salió del lugar mientras miraba hacia mi dirección en la fila.
(...)
—Bueno, no fue tan malo, al menos tengo algo que darle— el chico salió con una bolsa donde estaba la pequeña caja.
—¿Por qué la letra musical?
—Ella toca piano— Hyejin parecía muy curiosa al respecto.
—Vaya— Iba terminar de hablar pero detrás del hombro de Heeseung pudo ver dos figuras femeninas muy familiares, abrió los ojos de par en par al ver de quién se trataba— Oh no— maldijo internamente y tomo la mano del chico para salir corriendo de ahí.
—Oye ¿Ahora que?— Entraron a una tienda sin fijarse mucho y se escondió detrás de un muro al lado de la ventana para observar a sus amigas.
—Cállate si es que quieres tener hijos— vio como al parecer no se habían percatado de su presencia y pasaron enfrente mientras hablaban sin prestarle atención a lo que pasaba a su alrededor.
—Vaya eso estuvo cerca— exhaló fuerte y recupero el aliento para luego tumbar su cabeza en el hombro del chico.
—¿Estás en tu fase maniaca o qué?— la empujó suavemente y se arregló su ropa.
—Eran Byeol y Jia.
—Oh ya veo, te avergüenzas de salir conmigo— esperaba una refutación pero solo hubo un silencio— Oye se supone que es la parte en la que intentas negarlo— alzó los hombros y esbozo una sonrisa inocente mientras Heeseung la miraba con los ojos entrecerrados.
—Bueno es que sería raro, no somos amigos en la escuela, van a sospechar algo.
—Que cansado llevar una doble vida, así como en Hannah Montana— hablo mientras la chica miraba a su alrededor, habían entrado a una tienda de música.
—Oye esto pudo haber sido una coincidencia, estamos en una tienda de música ¿No quieres comprarle algo?
—Bueno, es que le gusta la música clásica, pero realmente no se que podría gustarle— se rasco la nuca nervioso.
—Que lastima, dicen que la música es la ventana al alma— dijo la chica y camino por el pasillo mientras con su dedo tocaba los vinilos y les echaba una ojeada.
—¿Qué tipo de música te gusta?
—¿Acaso quieres saber que hay en mi alma?— giro a verlo con una actitud coqueta y Heeseung solo rodo los ojos.
—Eres irritable— la chica se rió y le ofreció un audífono que estaban en la tienda para escuchar los discos.
Ambos se quedaron escuchando una de las canciones del vinilo en silencio y recurrentemente se observaban con una pequeña sonrisa, así permanecieron un largo rato, solo disfrutando la melodía y de la compañía del otro.
