𝐒𝐡𝐨𝐰 𝐦𝐞, 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 || 𝐉.𝐉𝐊 +18

[20]

ᵖᵒʳᶠᵃ ˡᵉᵉᵃⁿ ˡᵃ ⁿᵒᵗᵃ ᵈᵉˡ ᶠⁱⁿᵃˡ ☀︎︎

Sunnie;

Esa sonrisa no cabia en mi rostro, tenía una cita con el chico más dulce que me he topado. Bueno, despúes de Taehyung.

Me cambie el uniforme del instituto con rápidez por un vestido y un delgado suéter. Me puse mis zapatillas, tomé mi cartera y mi teléfono dispuesta a salir.

Claro que me gustaba Jungkook, pero era extraño lo que sentía. ¿Tenía miedo de arruinar todo? Sí

No sólo es el hecho de que soy un desastre emocional y mental con patas, sino que siento que él merece una chica mejor que yo, alguien que le ame incondicionalmente sin peros.

Pero el tonto viene y le gusto yo, la ridícula que quería hacerle la ley del hielo luego de verlo masturbarse y besarse con él.

Aun así, en cierto modo me siento agradecida de que se haya fijado en mi, es decir y repito, soy un desastre pero importandole poco, encontro algo en mi que le gustó.

Ni idea de que, pero se siente bonito que diga que le gusto.

Tengo muchos sentimientos encontrados.

— Voy, voy. Estoy lista —dije con emoción saliendo de casa, cerrando la puerta y corriendo hacia él con una sonrisa.

— Creí que te estabas arrepintiendo —puchereó y me causa tanta ternura que le besé.

Sus labios gustosos aceptaron los mios, dejándome llevar un ritmo suave y cariñoso. Sus manos apresaror mi cintura y las mias se enrollaron en su cuello mientras ladeaba mi cabeza para darle más acceso a mi boca.

— ¡Lo sabía!

Nos separamos en un dos por tres al escuchar ese grito, parecía venir del jardín del vecino de enfrente. Jungkook tomó mi mano y dió un paso al frente.

— ¿Quien rayos está ahí? —preguntó al aire.

Nadie respondió y soltó un bufido. Sonreí al verlo.

Su ceño estaba levemente fruncido, sus ojos brillantes, sus labios rojizos en una fina línea, su mandíbula marcada y su cabello cada vez más largo dandóle ese aspecto sexy que me gustaba más de lo que debería.

— Deja eso ¿sí? —dí un tirón a su mano para que caminara conmigo al auto — Seguro fue la cotilla de la señora Song, le gusta espíar a todo el mundo.

Se acercó a abrir la puerta del copiloto por mí, aun con su carita de bebé molesto. — No creo que sea ella.

Dejé un besito en sus labios.

— Olvidalo, concentremonos en nosotros.

Eso pareció quitarle el enojo y una sonrisa nerviosa salió de su boca. Entré al auto pero antes de cerrar la puerta, él dejó una bolsa de papel en mis piernas.

Rodeó el auto y se adentró a él junto conmigo.

— ¿Que es?

Sonrió y mordió su labio. Ah, de repente sólo quería besarlo.

— Bueno, porque no ves dentro de la bolsa ¿eh?. Lo tienes enfrente tontita, ábrelo.

Rodé los ojos con diversión y abrí la bolsa. Había una pequeña caja azul de terciopelo. Sentí que mi respiración se tancó en mis pulmones y le miré algo asustada.

— No es un anillo ¿verdad? —bromeé con la cara sonrojada.

— Sólo abre la caja, quiero ver tu expresión –dijo para luego dejar un beso en mi mejilla.