CAPÍTULO 23

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Después de dejar a Vic, Tacher volvió a la oficina y apagando el aire acondicionado vio a Melissa acurrucada en el sofá aún dormida. Sin duda debía estar destrozada. Con muchas cosas pendientes, se sentó a trabajar mientras por el rabito del ojo la veía dormir y sonreía.

¿Quién diría que sin proponérselo Dark Girl estaría de lo más cómoda durmiendo en su oficina? ―Pensaba mientras trataba de volver a su trabajo.

Pasaron algunas horas de trabajo que resultaron muy productivas no solo por la vista, si no por todo lo que pudo avanzar, este cerró el portátil y cuando iba a ponerse de pie, la cara de una hadita rebelde con ojitos negros y con una cabellera igual de negra y larga que su madre, se asomó por la puerta.

Tacher, asintió y esta al ver a su madre aun dormida, caminó en silencio pero con paso rápido, casi corriendo y deteniéndose abruptamente al otro lado de la oficina. Cuando llegó al lado de este en un susurro dijo:

― Ya sé a terminado mi clase y son casi las cinco, ¿levanto a mí mami?

Tacher asintió con la cabeza mientras terminaba de recoger unos documentos que tenía en el escritorio.

― Con cuidado ―le dijo, al verle la maldad en el rostro.

La niña sin mirar atrás, se acercó al sillón y comenzó a darle besos en la mejilla mientras la movía con suavidad. Ella por ningún motivo iba a poner en juego la ida al barco por hacer una de las suyas.

― Mamita, despierta.

La niña duró así unos segundos mientras Tacher no podía dejar de verla. Melissa comenzó a moverse y cuando esta abrió los ojos, se desperezó haciendo un sonido que hizo que a Tacher se le curvaran las comisuras de los labios.

― Mi amor, ¿qué haces aquí? ―Preguntó Melissa desorientada.

Vic se sentó en el borde del sillón.

― Mamá, siempre vengo a la oficina de Tacher cuando estoy aquí y vine a despertarte, ya es hora de irnos.

Melissa revisó la estancia y de inmediato se acordó de donde estaba.

¿En que momento me quedé dormida? ―Pensaba esta tratando de sacar la pereza de su cuerpo. ― ¿Cómo era posible que hubiera dormido también y tan rico en un sofá?

Su cabeza era una locomotora mientras se recomponía con más decencia al ver a Tacher.

¿Cómo se quedó dormida con él ahí? ―Pensó asustada. Ella nunca se quedaba a dormir con ningún hombre a solas en ningún lugar, no confiaba en ellos.

― Creo que ahora te llamaré la bella durmiente ―dijo este mofándose de ella.

Melissa sonrió no queriendo mostrarse incomoda por la situación y dándole un beso a Vic respondió:

― Lo siento.

― No tienes porqué, hiciste que mi oficina se viera más agradable, así pude trabajar con una hermosa vista.

Negando con la cabeza por sus palabras, se pasó las manos por la cara y colocándose de pie caminó al baño que estaba en un lateral a recomponerse un poco. Aunque se veía peor que cuando llegó se sentía mil veces más descansada. Ese sillón era mágico.

¿O tal vez fue el polvo de hada del señor Peter Pan que se cree Bestia? ―Pensó esta con ironía.

Cuando por fin salió del baño y ahora ya con ropa interior limpia, que llevaba de repuesto en su bolso del trabajo, se dio cuenta que se encontraba sola en la oficina. De inmediato le llegó un mensaje:

POR PRIMERA VEZ DESPUÉS DE MUCHAS VECES. [COMPLETO]Where stories live. Discover now