CAPÍTULO 30

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Estos caminaron a la mitad de la calle, y él atrayéndola más a su lado le dio un beso en la mejilla mientras ella le dedicaba una sonrisa tonta. Al llegar estos se colocaron frente a frente y se miraron mientras la sonrisa no se desaparecía de sus labios. De inmediato la canción cambió y los acordes de: me ilusioné, del Binomio de oro comenzó a sonar.

Melissa rodó los ojos al saberse la canción, pero luego sonrió, hoy hasta la música estaba empecinada a que pensara en Tacher.

Este la abrazó al escuchar la música y comenzó a moverse, por el ritmo de la canción sabía que era un vallenato. Ambos cerraron los ojos y se dejaron llevar por la canción, los dos se movían bien, sabían lo que estaban haciendo. La música siempre los había transportado a otro lugar y en ese momento lo necesitaban y más al sentir cómo las personas que estaban a su alrededor no podían quitarle los ojos de encima. Todas, absolutamente todas las mesas tenían las miradas en ellos dos.

Y amigos no por favor me gustaría tenerte abrazándome...

Abrazándome...

Y amigos no por favor me gustaria tenerte besandome y adorandote...

Aún con los ojos cerrados Tacher aspiraba su olor y disfrutó tenerla cerca mientras ella hacía lo mismo. Colocando la cabeza en su pecho, esta sentía su aroma y sin saber porqué su cuerpo se relajó y se olvidó de todos los ojos que la tenían tensa desde que pisaron la casa. La canción siguió sonando mientras ambos deseaban que durara una eternidad, pero duró menos de lo pensado. Cuando la música dejó de sonar, este tomó su mentón y cuando sus ojos se encontraron ambos sonrieron, y Tacher acariciándole la mejilla acercó sus labios a su boca y la besó, la besó con fuerza, con ímpetu, con pasión, pero con toda la delicadeza que pudo. La besó no solo para callarle la boca a todos, sino porque la deseaba, la anhelaba, la besó porque sus labios pedían más de ella.

Melissa no quiso pensar en nada, también deseaba eso en ese momento.

Cuando sus pulmones no les permitieron aguantar más sin oxígeno, se separaron muy despacio mientras este aún le dejaba delicados besos en sus húmedos e hinchados labios. Sus ojos volvieron a encontrarse y ambos sonrieron, ninguno sabía porqué, pero tampoco querían buscarle una respuesta a eso.

Tacher comenzó a bailar la canción que sonaba de momento y Melissa volviendo a la tierra negó con la cabeza.

― Estoy verdaderamente sorprendida ―dijo esta con una sonrisa en el rostro. ―La Bestia sabe bailar muy bien vallenato.

Esta levantó la cara para mirarlo y Tacher dándole un beso en la frente sonrió.

― He tomado clases de baile y sé bailar casi todo lo que se baila aquí.

Melissa lo miró boquiabierta.

― ¿En serio?

Este asintió con la cabeza.

― ¿Qué sabes bailar?

― Vallenato, champeta...mmm, hasta la puya loca.

Melissa soltó una carcajada cuando la canción acabó y Tacher movió los brazos simulando bailar esa última canción.

De inmediato el vicio de tus labios de Eddy Herrera comenzó a sonar y Tacher tomándola de la cintura, giró con ella y se volvieron a sumergirse en el baile. Las pocas personas que estaban en la pista se habían ido a sentar y ellos estaban completamente solos bailando en la mitad de la calle.

Dicen por ahí que el vicio de amarte es malo...

Más a mí me hace falta besar tus lindos labios...

POR PRIMERA VEZ DESPUÉS DE MUCHAS VECES. [COMPLETO]Where stories live. Discover now