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Hoseok se puso su camisón preferido, pues era el más largo y traía bordado un patrón de flores.
Le quedaba como un vestido.

Supo que hoy fue uno de los días más agotadores de su corta vida, pues ciertamente todas las emociones que vivió desde que se enteró del compromiso lo pusieron de cabeza.
No porque se sintiera asustado, era porque no sabía cómo tratar con todo al mismo tiempo.

Tomó la vela que se consumía de a poco y la puso en el pequeño mueble a lado de su cama.
Se acostó para empezar a leer el libro que su mamá le dio hace rato (cuando le puso la regañada de su vida) para corregir su camino: "atrévete a ser un buen omega"

30 minutos después le sopló a la vela y el cuarto quedó completamente cubierto de negro.

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—¡hoseok! Qué gusto verte, ya creciste mucho.
Tu mamá me contó que ya estás comprometido, felicidades cachorro.
Venga, vamos adentro para que me cuentes todo.

El omega se encontraba parado en la puerta de entrada principal de la casa de la señora shin, siempre acudía a ella cuando tenía problemas con su formación.
Y hoy era urgente, más que eso.

Shin Hye-sun era una institutriz muy buena pero poco conocida a su parecer.
El omega se adentro a la casa después de sonreírle y tomó asiento en el sillón junto a la mujer.
Dejó la canasta con todas sus cosas en la mesita.

—bueno, mi mamá me agendó una cita urgente, pues como ya sabe tengo un alfa.
Aquí la cuestión es que me equivoqué y lo eché a perder: le falté al respeto señora shin...

—¿Pero cómo?, no me lo creo.
Tu eres la perfecta definición de un buen omega.
¿Estás seguro?

Hoseok terminó contándole lo que sucedió en el transcurso de la cena pasada (ya que seguía sin creerle).

Al final la cara de institutriz estaba pintada de decepción.

Sus únicas palabras fueron: "necesitas enderezarte con mis clases intensivas de 8 horas al día, debemos empezar ya, ven conmigo"

El tono de voz con que le habló le había hecho recordar cuando tenía 6 años y la conoció por primera vez.
El temor y la ansiedad burbujeó en todo su ser.
hye-sun era más "suave" con él por lo mismo de que era el omega que más se esforzaba por serlo.
Pero ahora se dio cuenta que ella realmente no estaba enojada con él, sino con ella misma y él reflejo de su mal enseñanza era el mismo.

Haría todo por mejorar y nunca rendirse en su proceso.

[..]

El omega empezó a practicar desde la mañana (otra vez) a cómo caminar, sentarse, hablar, comer, saludar y despedirse.

Eso no le agradaba tanto porque siempre le pesaban mucho los libros que llevaba en su cabeza o en sus manos.
Como tenía que tomar la copa o los miles de cubiertos que creía que eran innecesarios.
Se tenía que doblegar mucho y eso muy en el fondo lo ponía incómodo.
Pero lo más pesado no era en sí realizar la acción, lo peor era cuando se equivocaba y la señora shin le pegaba con la regla de marfil hasta que lo hiciera perfecto.

Eso si que lo odiaba y no tenía problemas con externarlo.

Por la tarde practicó piano con las partituras básicas de Ludwig van Beethoven, plasmó en el lienzo de madera el jardín del vecino, cocinó durante una hora y cuido a los niños de la guardería del pueblo.

Por la noche tejió un mantel, estudio historia y leyó en voz alta el nuevo libro de filosofía moderna durante 4 horas.

Prácticamente la señora shin lo puso a hacer todo para evaluar sus conocimientos, apenas si tenía fallas.

A las 10:00 pm se marchó con su canasta más unos pastelillos y un escrito que le dió su institutriz ( que le obligó a no leer hasta que estuviera en su casa).
Lo felicito por todo su esfuerzo.

El omega estaba un poco curioso pero decidió que sería mejor pensar en su alfa.
Las tres cosas que más le llamaron la atención del hombre fueron: que era  muy guapo, no lo ofendió y lo que más destacó es que era todo un caballero con él y con su familia.
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Su mamá y papá ya le estaban esperando en la sala, les entregó el papel de actividades que firmó su institutriz con una  puntuación de 9.5 de 10.

No le dijeron nada malo, lo felicitaron y le dijeron que podía ir a su habitación.
Qué suerte.

El menor subió impaciente pues abrió la puerta con brusquedad y pasó a dejar la canasta en el piso después de tomar el escrito mal doblado.

Comenzó a leer sintiéndose muy confundido.
Eso jamás pasaría.

"hoseok, no niego que me impresionó lo que me contaste, por lo que te evalúe de forma estricta para aclarar las incógnitas que nacían en mi cabeza.
Eres el mejor omega que he conocido cachorro y no hay duda después de tu visita de hoy...
Tu no eres el problema hijo, es tu alfa.
Tu alfa es diferente a cualquier otro que haya existido hasta ahora y debemos averiguar por qué al igual que como tratarlo.

Mañana no hay clases. No las necesitas hoseok, así que ven primero al puente del bosque cerca de mi casa porque vamos a platicar y a experimentar"

Shin hye-sun.

Hoseok se esperaba todo menos eso.
¿Culpa del alfa? No, eso nisiquiera era real en ninguna dimensión.

Miró por su ventana un poco desesperado, ¿y si era mejor no tener un alfa ahora?

No no...

Eso no podía ser, si su madre lo hubiera escuchado estaría muy enojada y seguramente lo echaría de la casa.

Su papá era el alfa pero estaba completamente dominado por su esposa.
Bueno, al menos su familia era disfuncional y él no tenía la culpa del todo.

Mejor ya no va a pensar en nada y se va a poner a leer su libro de plantas.

Te encontré en mil pedazos [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora