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—buen día señora de jung, vine porque quiero ver a hoseok, mi omega.
si usted me lo permite, quiero hablar con él a solas.

El alfa pelinegro se encontraba en la casa de los señores jung, ciertamente ya lo quería ver.
Su omega tenía un aroma muy atrayente: era una mezcla de nueces y vainilla.

Y como se pasó toda la noche pensando en él se le hizo un poco más difícil declinar la sugerencia planteada por el mismo.
Min hoseok sonaba bonito.

—¡Hola yoongi!, qué bueno verte pero tengo que darte la mala noticia de que hoseok no se encuentra, está con su institutriz ya que otra vez retomó sus clases.
Pero si quieres puedo enviarle una carta de emergencia para que venga a verte.

—oh no, muchas gracias por la propuesta pero prefiero esperarlo el tiempo que sea necesario.

—por supuesto yoongi, pasa por favor.
Te traeré un té con leche y voy a seguir leyéndote el capítulo en donde nos quedamos la vez pasada ¿bien?

El alfa se adentró a la casa siguiendo a la madre de su omega, tomó asiento en el sillón individual que se encontraba en la sala y le dio las gracias por sus atenciones.
Observó un poco la casa: en su mayoría era todo de madera, con una paleta de tonos cafés.
Le recordaba al rostro del omega.
Sonrió un poco por ese pensamiento dejándose llevar un momento.

El omega era tan lindo, lástima que era el estándar del "omega perfecto"... lo arreglaría, por eso yoongi decidió hablar con él.

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—enserio señora Shin, yo no creo que mi alfa sea malo.
Cuando fue la cena él apenas me miró pero lo hizo de una forma que me hizo sentir especial, y dijo algo bonito sobre mi: dijo que le gustaba mi manera de expresarme... aparte de que no tomó en cuenta mi perfil de omega.
Eso me gustó, me gustó mucho.
Yoongi me vio como jung hoseok y no como omega.

Hye quiso hablar pero sabía que hoseok estaba influenciado por su madre, por el ambiente en donde creció.
Y a pesar de todos los factores externos el omega supo como manejarse independientemente.
Está más que orgullosa.

—bueno, si sientes que todo está bien con él ya no tiene caso que estés aquí hijo.
Eres un buen omega y si a ti te hace sentir bien no hay que cambiar nada.

La señora Shin dio un sorbo a su té, viendo a los peces que pasaban por el agua cristalina del río en el que estaban cerca.

—las cinco décimas que te faltaron fueron porque todavía necesitas practicar tu tejido, así como en el piano.
Ven solo 2 horas al día y estarás listo cachorro.

—bueno, supongo que ya no hay nada que quiera hablar conmigo por ahora.
Vendré mañana por la tarde, muchas gracias por todo su esfuerzo.
Me alegra que usted sea mi institutriz.

El omega después de agradecer se levantó del suelo para empezar a recolectar algunas flores para él y su madre. Mientras la institutriz redactaba la carta y el papel oficial que decía que hoseok estaba más que listo, sólo le faltaba practicar y no era necesario volver a tomar clases.

Ambos omegas estaban felices:
-Hoseok porque descubrió que su prometido era más de lo que esperaba.
-la señora Shin porque se dio cuenta que no todos los alfas eran iguales.

Firmó la carta y mandó al omega para su casa, se quedó un momento pensando en la vida que había vivido.
Quería conocer a ese alfa llamado Min YoonGi.

[...]

Ya eran las 6:34 pm y  el omega apenas estaba a medio camino.
Se demoro un poco más porque se quedó jugando con los animales del bosque.

Cuando llegara a su casa entregaría el papel, se daría un baño y hornearía unas galletas para su padre.
Siempre le hacía comidas o postres  como agradecimiento por publicar sus escritos que impresionaban a las personas que leían el periódico.
Como hoseok era un omega no tenía ese derecho, por eso se tittulaban al nombre del señor jung y los presentes que recibía se quedaban guardados como recuerdo.

Sí, era una vida rutinaria pero buena.
Agradecía que no le haya tocado vivir como vivía su vecino park jimin: sus padres eran muy estrictos y él alfa que le escogieron para él era muy viejo, muy conservador en cuanto a las posiciones alfa y omega.

25 minutos después ya estaba tomando el pomo de la puerta dispuesto a saludar a sus padres, no obstante, grande fue su sorpresa al ver a su padre platicando con su alfa yoongi mientras su mamá cocinaba (como siempre).

—¿mamá?

Todos lo voltearon a ver, cuando chocó miradas con yoongi sintió que muchas chispas se apoderaban de su cuerpo haciéndolo flaquear y desviar la vista rápidamente.

—¿Puedo ir a mi habitación? Es decir, después de darles la carta que me dio la señora shin.
Por favor.

—hijo tienes que-

—¿entonces no?

Rápidamente se instaló un incómodo silencio en donde las miradas decían todo.
Min se apresuró a cortarlo.

—Hoseok ¿me permites hablar contigo?, quiero que sea a solas.

Todo el valor que había recolectado el omega se esfumó en un dos por tres. Si su alfa decía que tenían que hablar, tenían que hablar.

—bueno, está bien alfa.

El chillido que soltó su mamá fue apaciguado por la mano de su papá que le dijo con la mirada que ya fuera a su habitación.

Hoseok se apresuró a realizar una reverencia en cuanto yoongi se paro, se acercó a él para tomarle la mano: pues lo guiará.

Aceleró su paso cuando subió las escaleras y finalmente le abrió la puerta para que pasara.
Una vez dentro alfa y omega se cerró la puerta.

Hoseok se sentía asustado, supo que la ansiedad lo estaba comiendo cuando pensamientos como: "ya no me quiere", "encontró a alguien mejor", "no me perdono" lo invadieron.
Sus feromonas se extendieron por todo el cuarto haciendo a yoongi aturdirse.
El omega lo notó.

Te encontré en mil pedazos [YoonSeok]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang