Te encontré en mil pedazos [YoonSeok]

17

—Hoseok, hijo estás jalando el encaje de la manga, por favor no te muevas.
Yoongi sabe que lo estás escuchando ¿no es así?

La omega miró en dirección al alfa menor, y este le dio la razón con una afirmación.

—bebé, yo sé que te emociona mucho el día de la boda, por eso no quiero que te pongas límites al elegir y tomarte el tiempo para organizarla... A pesar del aviso ¿bien?
Pediré un permiso de una semana para trabajar al medio tiempo y así ayudarte con los preparativos.

Yoongi intentó concentrarse solamente en la respuesta que le daría el menor, haría como si no hubiera escuchado la pequeña discusión de sus suegros sobre el apodo que le dijo al omega.

Por supuesto que no era vulgar.

—bueno, pero me tienes que ayudar incluso con el diseño de las cartas, ¡ay yoonie siempre quise hacer mis propias invitaciones!

Hoseok podría parlotear horas y horas, y yoongi lo escucharía sin decirle que no. Siempre que si.

Bueno, eso hubiera pasado, sin embargo, la mamá de hoseok se estaba aburriendo.

Pues claro, como ella ya había hecho todo eso...
Interrumpió todo ese circo.

—hoseok por última vez, quédate quieto.
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—¡qué lindas quedaron yoonie! Ya faltan menos cosas.
Todo es perfecto, aquí ya dice que nos vamos a casar formalmente.
¿Crees que podamos rentar un salón?
Jimin me dijo que contrató a todo un equipo de meseros y el salón del pueblo es perfecto.
Sé que te estoy pidiendo mucho, pero es lo único que te pediré.
Por favor...

Yoongi sonrió perezosamente sin poder creer lo que le decía su prometido.

—hoseok, ya era un hecho que haríamos allí la boda. Mi papá ya lo rentó.
Te mereces eso, no menos.

Hoseok sonrió feliz y abrazo a yoongi por el cuello, luego le dio un beso corto.

Con voz emocionada le agradeció y agarro una de las manos del alfa para que salieran de la casa a escondidas de los padres de hoseok.

Aunque no se estaban esforzando mucho, pues la señora estaba muy ocupada regañando a su esposo porque no sabía dónde había dejado el traje que combinaba con su propio vestido.

Y por supuesto que no iba a cambiar su atuendo por ese pequeño detalle.

—¡es la boda de tu hijo, no puedes hacer eso. Búscalo bien!

Podían escuchar los gritos desde lejos, pero sólo rieron por la situación y yoongi se dejó llevar por su omega.

— ¿a dónde vamos?

—¡hace algunas semanas construí mi propio refugio para leer libros y pasarla con los animales!
Quiero que lo conozcas, es un lugar especial para mi!

Aproximadamente 5 minutos bastaron para que vieran la pequeña casita.
Hoseok quitó una cáscara de tronco de árbol para que pusieran pasar.
La entrada era pequeña, por lo que tuvieron que agacharse.
Ya dentro, se sentaron y el omega prendió un fuego para darle luz al lugar.

En el fondo, de lado izquierdo, había una gran pila de libros y hojas de papel echas bolitas. Incluso algunas quemadas.

—mira yoongi, es nuestra casa.

—es impresionante. Que inteligente eres.
Y si, solo que es nuestra segunda casa.
No podemos vivir aquí seok.

—¡bueno está bien!

A yoongi se le hizo tierna la reacción del menor, por lo que sonrió y se inclinó para depositar un beso en los labios de su prometido.
Este enseguida correspondió con las mejillas calientes.

Estaba feliz, lo delatan sus feromonas que salían sin control.

—te quiero.

—yo también.

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Al siguiente día a yoongi se le otorgó el permiso, por lo que toda la semana estuvo planeando la boda junto a hoseok.
Ambos dieron todo de sí y no les quedó de otra, a sus padres, que apoyarlos.

Al final todos eran beneficiados.

En resumen, así quedó la organización de la boda:

Se haría en el salón del pueblo con comida hecha por las madres, los niños de la escuela se ofrecieron a cantar (porque estaban agradecidos con hoseok), el pastel fue mandado a hacer a la tienda de la señora Shin, las invitaciones fueron hechas por la pareja, así como entregadas.

Los adornos fueron hechos por la abuela de hoseok, pues estaba emocionada cuando recibió la invitación.

Y por último, algunas cosas para su nueva casa.
Yoongi y hoseok tuvieron una tarde dedicada a ello, el omega al principio tuvo miedo pero se atrevió a volver a la ciudad porque su alfa iba con él.

Volvería a ver las tiendas...

Hoseok se la paso muy bien, había conseguido zapatos nuevos, más libros e incluso ¡yoongi le hizo la sorpresa de comprarle un piano nuevo!
Estaba muy feliz.

Dos días y se casaba, tendría apellido Min.
Dos días y tendría una marca.
Dos y días y viviría en otra casa.
Dos días y... Estaba la noche de bodas.

Su mamá nunca le platico sobre ello.
¿A yoongi le gustara lo que verá?

Estaba consciente que era delgado, pero últimamente había estado comiendo muchos pastelitos y se le estaba empezando a formar una pequeñita pancita.

Se sintió disgustado consigo mismo.

¿Y cuando estuviera en cinta? ¡Quedaría peor y su alfa ya no lo querría!

—¡mamá!

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—será perfecto para hoseok, a él le quedan muy bien los sombreros, sólo que este es especial porque yo le puse las flores y...

—entiendo, jimin pero ¿no son muchos regalos?

—¡tonterías! Acuérdate que cuando fue nuestra boda hoseok hasta hizo el pastel.
¡¿Por qué siempre estas cuestionando todo lo que hago?

—no, yo sólo...

—cállate, cállate o no vuelves a ver tu libro favorito.

—sí...

En la familia de jimin, los papeles habían cambiando drásticamente.

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Los dos días se pasaron volando, todo ya estaba arreglado. Mañana sería el gran día. Hoseok se quedó en casa de sus padres y no le permitió a yoongi que lo viera porque quería sorprenderlo al verlo con su atuendo.

Aunque también estaba implícito esa duda con respecto a la noche de bodas...

Yoongi aceptó.

Y a la mañana siguiente todo el pueblo estaba en apuros, ya que todos asistirían porque estaban emocionados de ver al omega más ejemplar casarse.
Aunque varios no habían recibido una invitación formal, sabían que podían presentarse con un regalo y sus mejores atuendos.