Capítulo 19

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Dante

Cuando logro que Bárbara se calme la tomo de la mano y nos encaminamos de regreso al hotel, ella me ve intrigada pero ninguno dice nada hasta casi mitad de camino, las luces de las calles nos acompañan y dejamos atrás la pequeña feria que visitamos además de la playa. La voz de Bárbara interrumpe el silencio del regreso.

—Dante ve más despacio que me dejas descalza, mira acerca de lo sucedido en la playa olvida mis palabras pronto cada uno volverá a sus respectivas vidas solo faltan unos meses aunque me parece mejor dar por terminado esto, diremos que no funcionó y santo remedio— al oir esas palabras me detengo y para evitar que ella se golpee con mi cuerpo alcanzo a tomarla de la cintura, su mirada es de sorpresa se sostiene por mis hombros.

—Tú estas loca si crees que te dejaré, así que olvida esa idea, no vas ni voy a dejarte— se me cruza una idea y la levanto llevandola cargada mi esposa grita que la baje pero hago caso omiso a su pedido.

Ingresamos al hotel el muchacho  de la recepción y su compañera nos observan sorprendidos.

—Dante por favor estamos dando un show bajame, recuerda que los periodistas están detrás de ti— solo le sonrió y robo un beso que la calla, nos perdemos en el ascensor y una pareja de ancianitos que nos acompañan nos sonríe y la señora habla.

—Mira Fred que bonita pareja, recuerdas cuando una vez me cargaste desde la playa porque me lastimé la rodilla— el hombre carraspea— Claro clarence y sabes que lo volvería a hacer—

Oímos la conversación y Bárbara me ve suspirando y cuando va hablar la señora pregunta.

—¿A ti te pasó algo parecido linda?— hacia Bárbara

— Si señora— responde solamente  sonrojada,  y me mira de reojo, por su expresión se que quiere decir algo más pero el timbre del ascensor nos interrumpe y la pareja mayor nos dejan solos.

— Hemos llegado princesa por favor no te muevas y voltea hacia mi mírame a mi—  ella me obedece y le muestro la tela oscura que quito de mi  bolsillo, va a hablar pero la beso y tapo sus ojos y la guió dentro  el lugar   tiene iluminación tenue, tiro de ella y puedo oir que su respiración se va acelerando. Le apreto las mano como reconfortadola, caminamos pasando la sala  donde está la habitación,   la rodeo y voy deshaciendo el amarre ella me ayuda y parpadea para mejorar la visión, da un grito algo ahogado la observo y es una vista que quiero guardar para siempre.

— Dante Miller que es esto es tan hermoso, ¿cuando lo hiciste?— voltea a verme y noto que está llorando, la vista frente a nosotros es un juego de luces blancas que forman la palabra  <<Te amo Bárbara eres mi princesa>>
Ella  me abraza  y besa repartiendo con mucha ternura besos por todo mi rostro.

—¿Es por esto que no me respondiste en la playa, por la sorpresa? Me hiciste creer que solo yo te amaba, eres cruel ahora no te quiero— dice seria y me ve fijamente con los brazos cruzados, y  de reojo.

Intenta pasar por mi lado y la detengo  ninguno dice nada  pero su fachada no dura mucho ya que una media sonrisa se le escapa, entonces la atrapo y caemos en la cama matrimonial en un juego de cosquillas caricias y besos, su risa inunda la habitación es el sonido más bonito que escuché mi corazón late acelerado cuando le quito el cabello oscuro del rostro y tiene los ojos brillantes su color verdoso se hace más intenso, ella acaricia mi rostro delineando mi barba hasta mis labios, donde atrapo tres de sus largos y finos dedos con la boca; ella gime al sentir el roce de mi lengua.
 
Estoy sobre ella y me acerco a su boca ella termina la distancia uniendo sus labios el beso se hace cada vez más profundo e intenso , nos entregamos con pasión y  desenfreno como si fuera la última vez, los jadeos y gemidos nos rodean, siento cuando ella me abraza y sus uñas se marcan en mi espalda por sobre la ropa, riego de besos la corvatura de su cuello el pulso está disparado, agradezco en mi interior que el vestido sea de hombros descubiertos  y me deshago del vestido rápidamente, ella responde quitando el short que llevo, mientras me adueño de sus pechos, y la siento más excitada sus mejillas estan sonrojadas y se muerde el labio inferior. Entonces voy bajando hasta su entepierna y junto con mi erección rozandola  y mi boca la saboreo. Bárbara hunde sus manos en mi cabeza y maldice cosa que me excita mi miembro palpita dentro de mi ropa  interior pero todavía esto no se termina. Mi lengua se adueña de su interior y juego con su carne sensible, ella gime y jadea cada vez más siento su excitación que empapa mi boca no puedo dejarla es como si hubiera encontrado el oasis en el desierto, sus caderas se pegan más a mi la sostengo para que no se mueva de golpe se tensa entonces le pido.

—Córrete para mi hermosa— y lo hace puedo sentir bajo mis dedos como su cuerpo vibra, levanto la cabeza y veo como se quita el sudor del rostro, entonces me vuelvo sobre su cuerpo y la beso con intensidad ella me quita la camiseta  y yo me libero buscando su abertura la penetro con algo de fuerza un grito de ambos nos sorprende pero después logro acompasar las embestidas más lentas ella gruñe y jadea, estar así dentro de ella es la puta sensación más extraordinaria que sentí en mucho tiempo, sus uñas me marcan como suyo y yo dejo besos por todo el rostro y su cuello mañana los verá, Bárbara se mueve con más rapidez y en un movimiento queda sobre mí así puedo apreciar ese par de pechos que me gusta, los beso y ella se mueve rítmicamente sobre mi miembro la acerco y no dejo de estimularla hasta que siento como mi amigo se tensa sus ojos se abren de  golpe y con nuestras miradas enlazadas y los cuerpos en un frenesí nos dejamos atrapar por el clímax arrasador, solo se oyen gritos de placer y unos te amo  la sostengo cuando siento los últimos espasmo propios y de mi esposa mi mujer, ella se abraza a mi torso y yo la arrastro conmigo hasta estar totalmente acostados, y así nos rendimos al placer de saber que nos amamos con locura y dejamos que la noche sea testigo de todo.

Bárbara

Despierto en la madrugada no hace muchas horas que Dante y yo hicimos el amor la luz de la luna se filtra en el ventanal del balcón, giro y observo el rostro de mi querido esposo, se ve tranquilo su respiración es como un bálsamo a mi cabeza que no deja de pensar  como será todo al regreso, cuando me confesé a él en la playa sabía que riesgo corría aún así no me arrepiento de haber dicho todo lo que siento, el amor y cariño que tengo hacia Dante es como una sensación cálida pero a la vez extraña porque no pensé que en tan poco tiempo me enamoraría, vuelvo la vista hacia la ventana pero unos brazos fuertes me vuelven a colocar en mi posición inicial y unos besos suaves están en mi cabeza, yo suspiro y dejo unos besos sobre su corazón con caricias, su toque me tranquiliza y vuelvo a encontrar el sueño con un beso un te quiero mucho bombón   me duermo otra vez.

Número Equivocado, Amor CorrectoWhere stories live. Discover now