~23~

343 15 1
                                    

Cerré mis ojos con fuerza.

No, No podría hacerlo.

Me abrí paso entre la gente sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas. El pecho me dolía horriblemente, el nudo de mi garganta amenazaba con ahogarme, las manos me temblaban, mi corazón latía frenéticamente en una mezcla de coraje, dolor, impotencia y desesperación.

¿Cómo había sido tan estúpida?, era obvio que esa chica y Ulises tenían una historia antes de mi.

Lo peor es que ésa historia aún no estaba concluida. Era muy obvio que aquella hermosa joven lo había amado a antes.

¿Cómo podría yo, una chica que pelea con su cabello y las bolsas bajo sus ojos, competir contra aquella chica que podría ser modelo si lo quisiera?

Me tragué el nudo de mi garganta y me acerqué a la barra.

—¿Me das un vodka con jugo de arándanos, por favor? —Dije alzando mi mano al bar.

Él trabajó rápidamente en mi bebida y deslicé un billete de veinte dólares para pagar. El hombre fue a buscar mi cambio y yo le di un trago largo a mi bebida.

—¡Wow!, ¡Tranquila!, ¡Vas a terminar borracha en veinte minutos si no te lo tomas con calma!
—dijo una voz ronca detrás de mí.

Me giré sobre mis talones y pude ver una figura alta, rubia de ojos increíblemente azules mirándome con curiosidad. Tragué el líquido que aún tenía en la boca y me lamí los labios quitando el resto de jugo y vodka de mi boca, observándolo con cautela.

—Mi nombre es Rob Fleming. —extendió su mano hacia mí.

Yo dudé un segundo y respondí —Soy Nicole.—no extendí mi mano para tocarlo.

Él entendió el mensaje y bajó la mano lentamente antes de sonreír nerviosamente.

—¿Vienes con alguien? —dijo.

El bar-tender volvió con mi cambio y lo tomé antes de darle otro trago a mi bebida. —Si —dije mirándolo.

—¿Tu novio o algo? —dijo Rob con una mirada decepcionada.

Después de lo que había visto, no estaba segura de querer seguir con Ulises pero no iba a mentir —Sí, es mi novio.

Rob frunció los labios mientras decía —Una lástima para mí. Me pasó ésta estúpida idea en la cabeza de que, quizás, venías con tus amigas o algo.

Sonreí forzadamente mientras decía —Sí bueno, lo lamento, supongo.

Su sonrisa era radiante. No como la de Ulises, pero era preciosa.

—¿Me dejas invitarte otro? —dijo señalando mi vaso.

Bajé la vista y abrí los ojos como platos al ver que estaba casi vacío. Definitivamente necesitaba otro.

—Seguro —dije encogiéndome de hombros. Rob le hizo una seña al bar-tender y él rápido trabajó en mi bebida.

—Es raro que tu novio te haya dejado sola.
Quiero decir, eres muy guapa. Si yo tuviera una novia como tú no la dejaría sola por ningún motivo; ya sabes, hay muchos buitres por ahí que intentan comprarle bebidas a tus chicas —sonrió con picardía y yo solté una carcajada.

Era divertido.

Cuando el camarero se acercó, me apresuré a pagar mi bebida. Tenía razón. Yo tenía un novio y, aunque solo quisiera comprarme una bebida, sería como si yo accediera a que él se tomara atribuciones que no le correspondían y por ende, a que malinterpretara mis intenciones.

Aunque No Pueda Verte ©Where stories live. Discover now