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Mis piernas bajaron al suelo mientras Ulises me bajaba.

Tomé una respiración profunda mientras
él acariciaba mi cabello con ternura.

—¿Sabes qué es lo que quiero hacer en éste preciso momento?—susurró con voz ronca.

Yo me tensé por completo. Lo quería; me hacia sentir cosas que nadie más, me gustaba estar con él, pero no me sentía lista para estar tan íntimamente con una persona.

Mi 'Primera vez' tenía que ser especial. Quería que fuera especial.

—¿Q-Qué? —tartamudeé con nerviosismo.

Ulises reprimió una sonrisa y acercó su rostro al mío.

Su nariz tocó la mía suavemente y deslizó su toque por mi mejilla. Su aliento hizo que mi piel hormigueara y su cabello me hizo cosquillas en la mejilla.

—Quiero dormir contigo. —susurró contra mi oído.

Tragué saliva intentando pensar con claridad.

—¿D-Dormir? —dije con nerviosismo.

Mi corazón comenzó a latir a una velocidad increíblemente fuerte.

—Sí, sólo dormir. —dijo en voz baja contra mi oído antes de plantar un beso en mi mandíbula.

Fruncí el ceño confundida —¿S-Sólo dormir?

Ulises se alejó de mi un segundo para que pudiera mirarlo y una sonrisa tímida se extendió por su rostro. Mi corazón dio un vuelco al ver aquella sonrisa.

Era la clase de sonrisa que le arrebataría el aliento a cualquiera.

—Sólo dormir. Abrazarte, besarte y dormir —dijo encogiéndose de hombros.

—¿.Quieres dormir aquí? —dije sonando completamente boba.

Él acababa de decir que no iba a tocarme. Sólo quería dormir abrazado a mi. Era todo.

Ulises rió ante mi torpeza y dijo —Puedo pedir un taxi si no te sientes cómoda.

—iNo! —dije exaltada —, no quise decir eso.

Él sonrió tiernamente mientras presionaba sus labios contra los míos suavemente.

—Debo ponerme pijama —dije en voz baja.

Me sentía completamente estúpida, completamente cohibida porque Ulises Webster estaba en mi habitación e iba a dormir abrazado a mi cuerpo.

Tomé de una gaveta una desgastada playera de algodón que me quedaba holgada y un short holgado.

A pesar de saber que Ulises no podría verme, abrí la puerta de mi baño para meterme a vestirme.

Él soltó una risita ahogada mientras se quejaba.—No puedo verte, Rachel.

Yo me ruboricé y cerré la puerta para que no siguiera hablando.

Era una completa tonta pero no quería pasearme en ropa interior con Ulises en mi habitación.

Lavé mi cara meticulosamente, me cepillé el cabello, me lavé los dientes y me puse la pijama.

Cuando salí, Uli se encontraba sentado al borde de la cama.

Mi respiración se atragantó cuando lo vi solamente en bóxer negro.

Su ropa estaba perfectamente doblada sobre mi mesita de noche y tragué saliva nerviosamente.

—Espero que no te moleste. No trago nada para dormir y dudo mucho que tu ropa me quede. —dijo.

¿Era mi imaginación o una sonrisa maliciosa comenzó a formarse en sus labios?

Aunque No Pueda Verte ©Where stories live. Discover now