~29~

285 13 1
                                    

Me tensé por completo ante su reacción molesta pero no podía dejar de mirarlo. Cerré los ojos con fuerza.

—¿Cómo eras antes del accidente, Ulises?

Cuando lo miré, pude ver como su mandíbula se tensaba, sus ojos perdidos en la nada lucían angustiados, sus puños estaban apretados y estaba muy pálido.

Por un momento me sentí la peor persona del mundo; Ulises parecía tan nervioso que quise retractarme por haber preguntado.

—No era una buena persona, Nicole —dijo con la voz enronquecida. Cerró los ojos apretándolos con fuerza y mi corazón se estrujó con fuerza dentro de mi pecho. —Era un imbécil. ¿Es eso lo que te dijo Sally?

Me quedé completamente muda al escucharlo de aquella forma. Parecía tan afectado, tan arrepentido, tan dolido. Me aclaré la garganta intentando formular una oración coherente pero era imposible.

—Nicole, por el amor de Dios, háblame. Odio no saber que estás pensando; ni siquiera puedo ver tu rostro para descifrarlo. —suplicó.

Mi corazón se hundió de nuevo dentro de mi pecho.

—Dijo que habías ido a buscarla a su casa ayer
—murmuré.

Una risa ronca salió del pecho de Ulises; una risa sin humor.

—¿Y le creíste? —dijo. — Nicole ayer estuve toda la tarde aquí, contigo, ¿Recuerdas?, estuvimos en tu sillón, besándonos, ¿Crees que podría besarte y tocarte como lo hice después de haber ido con otra mujer?, no soy un animal, me importas.

Noté la amargura en el tono de su voz, y me sentí completamente estúpida al darme cuenta de que Ulises jamás haría algo así.

¿En qué demonios estaba pensando?, ¿Cómo podía haber dudado de él si nunca me había fallado?, pero entonces, ¿Por qué Sophia mentiría?

—Dijo que habías sido un mujeriego antes. Que habías jugado con los sentimientos de ella y otras chicas al mismo tiempo y yo..., yo sólo... — no podía continuar hablando. Era demasiado doloroso.

—Lo era —admitió. —. Era un completo hijo de puta con las personas que me rodeaban.
Tomaba mucho, fumaba, me besaba con cuanta mujer se me ponía enfrente, juzgaba a las personas por la forma en la que lucían y no me siento orgulloso de contártelo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y pude mirarlo debatirse internamente. Lucía dolido, enojado, frustrado, desesperado. Yo lo estaba orillando a sentirse de ésa forma y no se sentía nada bien.

Ese había sido el Ulises de hacía mucho tiempo y yo lo había juzgado por ello.

—Ulises

—Ésa persona murió el día que comprendí que había cosas más importantes que un pantalón de marca o una mujer con un cuerpo espectacular. Que tenía algo más por lo cual preocuparme, el hecho de no ver me cambió la vida para bien y para mal. Nicole, ya no soy ésa persona y hubo un tiempo en que creí que Sally era todo para mi, pero me equivoqué—la voz de Ulises se quebró y pude notar como sus ojos se llenaban de lágrimas.

Mi corazón terminó por partirse en ése instante y deshice la distancia que nos separaba para abrazarlo.

Sus manos colgaron unos segundos en sus costados pero luego envolvió sus brazos en mi cintura. No pude evitar que las lágrimas calientes rodaran por mis mejillas y olvidé por completo que estaba completamente sudada y olorosa.

Hundió la cabeza en mi cabello aspirando y comencé a reír entre lágrimas mientras decía —
Huelo horrible, no hagas éso.

Él rió conmigo diciendo —¿Si te digo que hueles delicioso, me tomarías por loco?

—Te tomaría por extraño.

—No dudes de mi —murmuró con la voz enronquecida. —. No te atrevas a dudar de mi
que te necesito como a nadie.

—Lo lamento tanto —sollocé. Las lágrimas comenzaron a caer nuevamente por mi rostro.

Él me abrazó con fuerza y dijo —Necesito que confíes en mi. Necesito que me digas qué sucede, necesito que creas en mi y en lo que siento por ti o si no, esto no va a funcionar.

Él se alejó de mi y besó mis labios. ¡Dios!,
¡Cómo extrañaba el sabor de sus labios!, tenía apenas un día sin besarlo y me sorprendía lo mucho que podía extrañarlo.

—No te rindas a mi ahora. Por favor, no lo hagas —suplicó contra mis labios. Sonaba tan dolido y asustado.

Mi pecho volvió a hundirse en mi pecho. Lo había herido.

Tenía que solucionarlo.

Lo besé.

Lo besé con urgencia mientras intentaba hacerle sentir que no me iba a ir a ningún lado si él me quería aquí. Mis labios danzaban al compás de los suyos y mi lengua se encontraba con la suya en una danza enteramente sabrosa y mi cuerpo se estremeció en reacción.

Me parecían abrumadoras las sensaciones que los besos de Ulises me provocaban.

Nunca había sido buena expresando mis sentimientos con palabras, pero iba a demostrarle a Ulises lo mucho que me importaba con acciones.

—Desearía ser buena con las palabras y decirte las más hermosas del mundo para hacerte entender que no me voy a ir de tu lado, que me importas demasiado, que confío y creo en ti, que sé que no hay nada en éste mundo mejor que tus labios contra los míos y que te quiero, Uli. Te quiero —dije contra sus labios.

De pronto mi tímido "Te quiero" se sentía tan poco.

Tan poco en comparación a lo que sentía por él.

—Ésas... —besó mis labios tímidamente— son las palabras perfectas. Las únicas que quería escuchar. Prométeme que me vas a contar todo de ahora en adelante.

—Quiero saber por qué Sally me mentía.

Ulises suspiró y una mueca de incomodidad
surcó su rostro.

—Supongo que sus padres le contaron que cuando tuve mi accidente, —comenzó. —, mi familia no aceptaba mi condición, hablaron con los doctores buscando una solución a mi problema y la única era una operación de alto riesgo para disminuir la inflamación de mi cerebro que bloquea mi capacidad de visión. Estaba yendo demasiado lejos; yo no quería esa operación. Podría morir o quedar peor de lo que estoy. Discutí mucho con mi madre y con sus padres por éso, no soportaba la idea de que ellos me tuvieran lástima por no aceptar que sería ciego para toda mi vida y terminé distanciándome.—pude ver la tristeza en sus palabras.—Sus padres estuvieron buscándome mucho tiempo, ellos querían pagar la operación pero siempre insistía en lo mismo. No dudo ni un poco que lo haya hecho por alejarte de mi, nunca llegaré a entenderla. No quiero ser yo el que hable mal de ella, pero no debes confiar en nada de lo que ella te diga; no es de fiar y se le da bien mentir, hace meses creía que estaba muerta y mírala ahora.

Yo asentí lentamente.

No podía creer que había estado a punto de terminar mi relación por las intrigas de una chica a la que no conocía en lo absoluto.

A la que había juzgado por su rostro bonito y voz angelical. No cabía duda de que las personas nunca son lo que parecen.

🤍🩵🤍🩵🤍🩵🤍🩵🤍
Holis, en este momento estoy en clases y subiendo los capítulos jajajaja, si corro con suerte subiré otros dos. 😈🤣

Aunque No Pueda Verte ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora