·Leon S. Kennedy - Infinite Darkness·

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Título: Te quiero.

Imagina: Tu y Leon os conociais desde hace años

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Imagina: Tu y Leon os conociais desde hace años. Los dos erais buenos agentes, y en vuestra última misión para salvar al presidente y al mundo entero de una posible guerra, saliste mal parada. Ahora Leon no puede dejar de pensar en ti.

Pov. Leon. S. Kennedy.

La oscuridad envuelve por completo mi habitación. Las pesadillas, los sudores fríos y la culpa me acechan cada noche.

Me siento al borde de la cama, cansado ya de esta infernal rutina de insomnio.

Miro el reloj de la mesilla de noche. Son las cuatro y veinticinco de la madrugada. Ya no podría volver a dormirme, de eso estoy seguro, así que decido levantarme con gran pesar e ir a la cocina, encendiendo un par de luces por la casa, al menos así no tiraría algo por el camino.

Tomo un vaso de agua y aún con todas mis pesadillas rondando por mi mente, trago rápidamente, aliviando un poco mi garganta seca y centrándome en sentir el frescor del líquido bajar por el esófago.

"¿Creías que podías salvarla de mi?" "¡Ella no era más que una marioneta de este país! ¡Igual que tú, Kennedy!"

La voz de aquel monstruo humanoide, que una vez conocí por el nombre de Jason, no para de resonar en mis oídos, como si aún estuviera vivo y lo tuviera delante mía recitando una y otra vez como deje sola a Tn, como deje que fuera ella sola la que tratara de acabar finalmente con él. Mientras yo solo pensaba en encontrar una salida rápida a todo aquel caos para Claire.

"Esta bien, Leon. Misión cumplida."

Aquellas palabras fueron lo último que me dijo antes de caer inconsciente entre mis brazos. Juro ahora y siempre que nunca pensé en dejarla cargar sola con todo, pero el tiempo no perdona a nadie, y para cuando quise llegar a ayudarla, Jason había atravesado su cuerpo con una delgada barra de metal, haciendo que muriera desangrada entre convulsiones.

Debería haberme dado más prisa.

En realidad, debería haber hecho muchas cosas.

Entre ellas, confesarle que la quería. Porque así era. Con cada misión que hacíamos juntos, más fuertes eran nuestros lazos. Siempre fue una gran agente, y una amiga buena y leal. Estoy seguro de que también habría sido una pareja magnífica.

Maldigo mi existencia cada día por no haberme dado cuenta antes de lo vacía que es mi vida sin ella.

Dejo el vaso en la encimera y apoyo mis codos sobre esta, sobando mi cara, tratando de despertarme de esta vida, de esta pesadilla. Siempre es lo mismo. Un bucle infernal en el que cada persona a la que amo muere o es transformada en uno de esos horribles monstruos.

La echo de menos.

A veces, en medio de todas estas mañanas descoloridas con nubes llorosas, me parece recibir alguna llamada suya, de esas en las que me preguntaba si estaba ocupado para arreglar algunos informes o para tomar un café, pero cuando levantó el móvil o lo saco del bolsillo, su nombre nunca está escrito en la pantalla.

Intentó seguir tomando cafés o seguir saliendo de casa cuando no hay trabajo, pero siento que no sirve de nada si no es para ver sus finos rasgos sonreír o fruncir el ceño con mis chistes malos.

Ahora todo ha vuelto a ser de color gris. Siento que he vuelto a tener veintiún años, como si acabara de escapar de Racoon City, y hubiera vuelto a perder al amor de mi vida.

Oh por dios, qué fácil sería todo si ella siguiera aquí.

Tomé una botella de vodka que tenía en la despensa y le di un buen trago.

Lo siento Tn, se que te prometí que intentaría que mi vida fuera a mejor, pero una vez más, creo que no voy a poder. Te quiero. 

RESIDENT EVIL - ONE SHOTSWhere stories live. Discover now