Capítulo 3

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La situación era esta: Gracias a la insistencia de HoSeok, su madre había permitido que su hijo saliera de fiesta esa noche con su primo y el novio de su primo para que pudiese divertirse un poco y dejar los estudios de lado aunque sea sólo por un...

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La situación era esta: Gracias a la insistencia de HoSeok, su madre había permitido que su hijo saliera de fiesta esa noche con su primo y el novio de su primo para que pudiese divertirse un poco y dejar los estudios de lado aunque sea sólo por una noche.

Lo odiaba, realmente lo hacía.

En ese momento se encontraba sentado en una de las pocas mesas que decoraban la discoteca "Another Night" con una bebida sin alcohol frente a él y mirando el lugar con total aburrimiento mientras se preguntaba por octava vez esa noche el por qué había permitido que esos dos lo arrastrasen hasta allí.

HoSeok y YoonGi se encontraban cerca de él bailando dentro de la pista, donde sus cuerpos se pegaban un poco y luego continuában con lo suyo, generando un llamativo baile entre los dos mientras se robaban besos discretos con la intensión de tentarse el uno al otro para ver quién daba el primer paso de comerle la boca a su novio con fervor y pasión.

«Parece un baile de apareamiento». Pensó Kim.

TaeHyung tomó un rápido sorbo de su bebida al ver aquella escena para intentar mantener su mente en alerta ante cualquier posible accidente. Oh si. Él, minutos antes de salir, averiguó las continuidades de los accidentes ocurridos dentro de las discotecas para conocer el reto al cuál se estaría enfrentando al pisar un lugar así. Su rostro se volvió un mar de criterios que lo reprendían por si quiera tener la idea de aceptar que lo llevasen a un lugar tan suicida como lo era aquel. Con tanto joven drogado, borracho y necesitado, aquello se convertía en un ambiente tan tóxico y peligroso como el juego de la ruleta rusa. Definitivamente no quiso asistir al conocer los porcentajes de estadísticas que encontró poco después.

Pero ahí estaba. Alerta y a la defensiva de cualquier suceso que pudiese ocurrir. Y se lamentaba. Se lamentaba por no poder evitar ir a aquel fatal lugar que estaba repleto de adolescentes homonales y con pensamientos despreciables y básicos que cualquiera podría descifrar. Jamás se había detenido a pensar si quiera en poner su vista sobre una discoteca de tal índole, pero las vueltas de la vida eran así y ya no podía hacer más que marcharse de allí y dejar a sus conocidos abandonados ahí.

No se arrepentiría si lo hacía, realmente se lo estaba pensando.

─¡Tae! ─gritó HoSeok de fondo, provocando que mirara en su dirección.

Gracias a la fuerte música que provenía de los parlantes del lugar, a penas se podía escuchar lo que alguien decía al momento de hablar. TaeHyung logró escuchar a su primo solamente porque el pelinegro se había alejado de la pista de baile para acercarse a la mesa donde se encontraba.

─¡Vamos a bailar! ¡La música es muy buena!

Los ojos de TaeHyung lo miraron sin una pizca de gracia al escuchar aquellas exclamaciones.

¿Acaso había escuchado bien? ¿La música era buena? ¿Eso dijo? Por favor.

Ni siquiera se lograba entender lo que el "cantante" estaba diciendo en aquella canción. Parecía un trabalenguas demoníaco lo que intentaba expresar la música que resonaba con fuerza por todos lados. El ritmo ni siquiera era pegadizo y sucesivamente se repetía una y otra vez en cada compás y en cada verso, logrando una mezcla aburrida y monótona. Él no se consideraba un experto en el ámbito musical, pero podía apostar todos sus conocimientos a que la música clásica era mil veces mejor que aquella canción salida de algún ritual satánico.

La Tesis | VKookWhere stories live. Discover now