Capítulo 5

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Salió con prisa del aula apenas se dio por concluida la clase

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Salió con prisa del aula apenas se dio por concluida la clase. Había una presencia caminando con prisa trás de él. No quería voltear pues sospechaba de quién se podría tratar.

Intentó por todos los medios ignorar al chico pelinegro durante la actividad, que por cierto tomó más tiempo del que se tenía en mente, pero aún así no logró grandes resultados cuando, innecesariamente, el chico comenzó a lanzar sutiles comentarios indirectos hacia su persona, quién sin mucho esfuerzo logró entender con facilidad que aquellas palabras iban dirigidas hacia él.

Detestaba que, aún sabiendo que aquello no traería nada bueno, no pudo evitar rebajarse al nivel del menor y contestarle de igual o peor manera, buscando atacarle y dañarle para que aquella batalla de indirectas acabase ahí.

Por primera vez se dio cuenta de que sus suposiciones resultaron ser un completo error.

No entendía por qué simplemente no lograba ignorar por completo su presencia y fingía no conocerle para cerrar el asunto ahí. Se creía un verdadero imbécil por haberse demostrado tan débil y predecible ante aquel pandillero que parecía querer volverlo loco con cada estúpida palabra que salía de sus labios.

Aquella clase fue la peor que había tenido en toda su carrera, superando por mucho aquella que tuvo durante su primer año de universidad cuando conoció a su maestro de narrativa. Terminó vomitando encima del escritorio de aquel hombre cuando su pobre estómago se revolvió por completo al haber desayunado en exceso. Gracias a eso, logró un nefasto resultado ante un repentino mareo que le vino por culpa de la ridícula idea del mayor que les pidió a sus alumnos formar una gran ronda infantil. Se vieron obligados a girar una y otra vez mientras relataban una extensa e ilógica historia inventada por ellos mismos en pocos segundos.

Aquello se suponía que sería una actividad divertida para "calentar motores", como dijo aquel hombre, y así crear algo de confianza entre todos para dejar de lado la timidez. Lamentablemente, terminó siendo un baño de sustancia espesa y asquerosa que dejó con mal olor el aula y, para pesar de su maestro, todas sus pertenencias embarradas con aquel vómito. TaeHyung estaba muy avergonzado, y poco después la impotencia lo invadió al darse cuenta de que no había podido hacer nada para evitar aquel incidente.

Desde ese día, lo único que desayunaba el castaño antes de asistir a clases era alguna fruta y un vaso de té o jugo. Los lácteos y carbohidratos se convirtieron en sus peores enemigos por las mañanas.

Bufó al recordar aquello y detuvo su andar al notar cerca suyo los baños de varones.

Aún notando aquella presencia detrás suyo, suspiró y atravesó la puerta blanca para saciar sus necesidades.

Al ingresar observó que el lugar no se encontraba tan ocupado como creyó que estaría. Entró a uno de los primeros cubículos y cerró la puerta detrás de sí para sentarse encima de la tapa del inodoro. Sabía que si aquel pandillero lo estaba siguiendo para hablar, no tardaría mucho tiempo en entrar a los baños para encontrarlo y encararlo. Prefería mantenerse allí por algunos instantes antes de permitir que aquel joven lo viese orinando.

La Tesis | VKookWhere stories live. Discover now