Khimaira [Fanfiction]

El visitante [HyunLix- Stray Kids]

El visitante

­     Hyunjin evitaba mi mirada, fingía prestar atención a las ramas del árbol de eucalipto que se mecía fuera de mi cuarto, azotadas por los enormes goterones que caían del cielo.

    —Tu madre está preocupada por ti —dije, siendo mi comentario suficiente para que él volteara.

    —¿Te llamó?

    —Y también a Bangchan hace un par de días. Está desesperada.

    —Ella no entiende. ¡Nadie lo hace!

    Yo estaba sentado en mi cama, la lluvia parecía acrecentarse a ratos ahogando nuestras voces. Me envolví con más cuidado en la sábana que tenía encima.

    —Todos te queremos, ¿lo sabes?

    —Félix —me miró con los ojos llorosos—, no me digas lo mismo que ellos, no tú. Necesito que creas en mí.

    —Quiero ayudarte, pero no sé cómo —bajé mi mirada—, me siento mal por eso. A veces también me siento estúpido porque después de todo este tiempo no he logrado que confíes en mí.

    —¡Confío en ti!

    —No, no es verdad.

    —¡Confío en ti! —repitió con más fuerza— Es por eso que estoy aquí, porque creo que eres la única persona que no va a pensar que estoy loco.

    —No estás loco, pero... algo en tu mente... —Me detuve porque no sabía cómo decírselo sin ponerlo más a la defensiva—. Debes encontrar la forma de descansar —opté por señalar lo obvio. —Mírate, mira tu rostro al espejo: cansado, ojeroso, ¿qué hay del Hyunjin guapo y juguetón que tanto me gusta?

    —Cuando pueda demostrarte la verdad, vas a darme la razón, vas a decirme que hice bien en no visitar a aquel psiquiatra.

    —No, Hyunjin, no haces bien, no puedo mentirte. Es verdad que no creo que estés loco, pero tienes delirio de persecución y eso...

    —¡No es un delirio! —me interrumpió poniéndose de pie al tiempo en que un rayo caía afuera dándole mayor dramatismo a su conducta—. Todas las noches en cuanto me duermo él llega a torturarme. Lo mejor será que me marche de esta ciudad.

    —¿Dejar a tu madre?

    —Ella estará mejor sin mí.

    —Entonces estás diciendo que cada noche algo llega a tu habitación para torturarte, que nadie más puede verlo a excepción tuya y, bueno, ¡ni siquiera tú le has visto! ¿No es eso demasiado extraño? ¿Cómo puedes descartar que es algo que fabricó tu mente?

    —Porque puedo sentirlo. Mira esto —se levantó el abrigo y la camisa que usaba debajo para mostrarme los profundos rasguños en su estómago y pecho. —No apartes la vista —¡mírame!