De payos y gitanos [HunRene- EXO y Red Velvet]

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     Irene terminaba de darle de comer a los caballos de su padre

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     Irene terminaba de darle de comer a los caballos de su padre. Su primo Elías la buscaba para que le leyera la suerte a unos payos que pasaban por la cuidad.

     —Dicen que es urgente y han insistido mucho, tu padre quiere que te apresures, parece que Baal esta enfurecido esta noche.

     Ella lavó sus manos y entró a su pequeña tienda donde la esperaba una elegante y ansiosa mujer.

     —¿Eres tú la adivina? —Irene tuvo un mal presentimiento en cuanto observó a la persona que tenía en frente, la miró durante unos segundos sin atreverse a mover uno solo de sus músculos. —¿Está todo bien? —preguntó la mujer ya entrada en edad.

     Al leer su mano la gitana sintió que las cosas dentro de sí misma se salían un poco de control, a veces tenía esa clase de experiencia cuando alguna persona cargaba con una fuerte energía y facilitaba sus adivinaciones. Esta vez empezó a hablar sin lograr detenerse.

     —Tu hijo no lleva tu sangre, le has recogido desde una tierra manchada de rojo y él no lo sabe, pero se dará cuenta pronto y tú lo perderás si no aceptas que siga su camino. Debes hacerte a un lado y dejar que las cosas fluyan naturalmente, debes sufrir en silencio porque el niño que acunaste en tus brazos nunca te perteneció... Tu palabra tiene poder aunque sea la palabra de una mujer impura.

     La visitante salió tan enfadada y asustada de la tienda que olvidó pagarle a Irene por su adivinación quien por esa ocasión lo dejó pasar, porque estaba segura de que no sería la última vez que iba a ver a esa mujer. Esa noche junto a su padre y su primo invocaron al profeta Elías para que calmara la tormenta que Baal había enviado, no parecía ser una buena señal. La siguiente tarde fue a cabalgar a la playa, quedaba a una hora de su hogar, montó su corcel favorito y se adentró en el bosque que casi no era visitado sin necesidad de ello ya que la lluvia de la noche anterior había logrado que pocos turistas sintieran ánimos de dar algún paseo por la playa.

     Empezó a llover cuando Irene descalza caminaba por la orilla del mar así que decidió volver a casa, de nuevo caería una gran tormenta por la noche, odiaba las tormentas. Apresuró el trote y se encontró con un auto que seguía camino contrario al suyo, al observar al conductor tuvo la misma sensación que la noche anterior le había provocado aquella mujer. Los ojos de la persona que conducía eran del color de la miel, se observaron fijamente durante el instante en que sus medios de transporte lo permitieron, pero esos ojos quedaron grabados en la mente de la joven gitana.

     Dos noches después durante una celebración sin mayor motivo, Irene bailaba junto con algunas de sus amigas mientras unos cuantos hombres de su comuna tocaban el oúd y cantaban haciendo palmas. No era demasiado tarde así que un par de tiendas de las mujeres artesanas más trabajadoras aún estaban abiertas al público.

     El hombre extranjero de los ojos de miel la observó girar entre algunas telas de gran colorido y después se deleitó con el sonido del pandero con el que la joven evocaba antiguas melodías.

Khimaira [Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora