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Había terminado de hablar con la líder y Aaron me dirigió hasta aquí, una de las casas que Deanna había puesto a disposición nuestra, para que pudiera asearme con tranquilidad.

Los demás aún no acababan.

Me dirigí a la escalera que llevaba al segundo piso y me paseé por las distintas habitaciones hasta encontrar una con baño. Me interné en él y cerré la puerta con pestillo, desvistiendome para entrar a la ducha.

Ni siquiera me molesté en ver si salía agua caliente, solo dejé que cayera desde la cabeza a los pies y se llevara todo lo que tenía mi cuerpo.

No demoré más de quince minutos en limpiarme y me envolví en una toalla.

Me planté frente al espejo y observé mi reflejo.

Mi piel estaba completamente insolada, mis labios se hallaban resecos y estaba mucho más delgada que la última vez que me vi, desde aquella vez que Carl y Rick me encontraron en esa casa.

Abrí la puerta del baño, dispuesta a buscar algo en el armario que pudiese usar. La puerta del cuarto seguía abierta, así que la cerré y me vestí, con un pantalón, una remera de mangas cortas y dejé mi cabello húmedo suelto sobre mi espalda.

Me lancé sobre la cama, rebotando un poco en la superficie. Mi propio cuerpo desconocía la comodidad de un colchón.

Me senté de golpe al escuchar ruidos en el primer piso y fruncí el ceño.

Por lo que sabía, Rick había salido y Carl estaba paseando a Judith alrededor de la comunidad.

Busqué mi navaja entre mis cosas y la empuñé, caminando hacia la escalera con cuidado. Bajé los peldaños tratando de no hacer ruido.

Me moví hasta la cocina, cuando oí chocar las ollas. Con la cuchilla en alto, puse un pie en la habitación y coloqué el filo en el cuello de la persona, sin poder ver quién era.

— ¿Qué mierda? — quité la navaja al escuchar la voz de Daryl.— Tranquila.

— Por un carajo, creí que eras alguien más. — me separé, pasando una mano por mi cabello.— Lo siento.

— Llegaste hace menos de una hora, ¿y ya quieres matar a alguien? — se sobó el cuello.

— Sabes a qué me refiero. La gente aquí es...diferente, social. — asintió y tomé una manzana de la mesa, cortándola en gajos.— No me extrañaría que entraran como si fuese su casa.

— ¿Qué sucedió? — Carol entró a la cocina algo agitada, seguida de Noah.

— Escuchamos ruidos desde afuera y pensamos que había ocurrido algo grave.— añadió Noah.

— Casi me mata, eso pasó. — Daryl le habló a Carol.

— Amelie, te ves hermosa.— la mujer pasó del ballestero y me observó.

— Gracias.— sonreí un poco avergonzada, no acostumbraba recibir halagos, al menos no en este tiempo.

Los tres se veían algo irritados, pero lograban ocultarlo bien.

— También les quitaron las armas después de hablar con Deanna, ¿no? — me apoyé en la isla.

— Como si fuésemos a disparar ahí mismo.— Carol negó lentamente.

— Es algo estúpido. — dije.— Nos quitan las armas pero nos dejan cuchillos en casa.— elevé las cejas.— Irónicamente contradictorio.

— Sí.

— ¿Dónde está Rick?— quiso saber Noah.

— No lo sé. — me encogí de hombros y me senté en un taburete.— Él iba saliendo cuando yo estaba llegando.— le di una mordida al pedazo de fruta.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.Where stories live. Discover now