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Le di una última calada a mi cigarrillo y lo apagué en la ventana de la cabaña.

El sol había salido hace unos minutos, dejándome ver cada parte de la habitación.

Giré mi cabeza para ver a Daryl, quién seguía durmiendo plácidamente, aún apoyado en la puerta, así que caminé hacia él y me agaché hasta estar a su altura.

Elevé mi mano, pero me detuve antes de ponerla en su mejilla, para observarlo, su respiración era suave y su rostro estaba relajado, algo que nunca había visto antes.

Sonreí un poco cuando se quejó en sueños y acabé por posar mi palma en su mejilla con delicadeza.

— Daryl.— le hablé, pero no reaccionó. — Daryl, oye. — acaricié su piel.

Sus ojos se abrieron y los entrecerró cuando la luz fue demasiado para ellos.

— Amy.— se enderezó en su lugar y quité mi toque.

— Buenos días.— sonreí.

— ¿Qué hora es?

— No lo sé. — encogí mis hombros.— Deben de las siete u ocho.— me levanté.

— Dios.— se estiró.

Caminé hacia la cocina y, segundos después, escuché los pasos de Daryl venir tras de mí.

Comencé a sevir la sopa de tomate en dos vasos, sintiendo al hombre a mis espaldaa, observando mis movimientos.

¿En serio vamos a comer esto? — su pecho estaba pegado a mi cuerpo y pude percibí su tono adormilado.

— Pues...a menos que quieras salir a cazar algo, sí. — me giré para quedar de frente a él.— Todo tuyo.— le extendí el vaso.

Miró mi mano y aceptó el vaso, pero luego subió sus ojos a mi rostro.

Me hice la tonta y tomé un sorbo de sopa.

— ¿La herida se ve muy mal? — pregunté tocando mi frente.

— No.— entrecerré mis ojos ante su vaga respuesta.

— ¿Estás seguro? — insistí cuando siguió mirándome, lo que hacía que mis manos temblaran un poco.

— ¿Así es como te ves todas las mañanas? — lo observé de frente.

— ¿A qué te refieres? — fruncí mi ceño, mientras tomaba un sorbo de mi vaso.

Daryl miró cada parte de mi rostro una vez más y luego volvió a mis ojos.

— No creí que alguien pudiera verse tan bien al despertar.

Sus palabras me tomaron por sorpresa y abrí un poco mis labios, a la vez que elevaba mis cejas.

— Yo...ah...— cerré mi boca, sin saber qué responder.— Dios.— reí nerviosa.— Nadie me había algo como eso antes.

Daryl elevó sus cejas.

— Mierda, entonces solo saliste con imbéciles.— se acercó a mí y pasó su brazo por debajo del mío, cerca de mi cintura, para poner su vaso sobre la mesa.

Su rostro quedó no muy lejos del mío y ladeé mi rostro para mirarlo. Su cabello estaba algo desordenado y caía sobre sus ojos, pero eso parecía no molestarle.

Llevé mi mano a esos pequeños mechones por impulso y su mirada se posó en mis movimientos. Coloqué el cabello detrás de su oreja y sonreí cuando noté que pasó saliva, nervioso.

— Daryl.

— ¿Mmhm? — un sonido salió de sus labios.

— Tus ojos son hermosos.— confesé sin dejar de mirarlos, posando mi mano en su mejilla para poder apreciarlos mejor.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.Where stories live. Discover now