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Dejé la bandeja con instrumentos sobre la mesa metálica.

Me pasé la mañana revisando a Nicholas y a Aiden, ambos se quejaban de su dolor y prácticamente tuve que sacarlos a patadas de la enfermería, porque se reusaban a irse sin algo que los aliviara, por suerte (para mí) encontré unas vitaminas y se las di, y gracias al efecto placebo, su malestar pasó rápidamente.

— ¿Eso es todo? — fruncí un poco el ceño.— ¿No hay que atender a alguien aquí? ¿Ya terminé?

— Sí, no pasan casos interesantes en Alexandria. — Pete respondió, quitándose el estetoscopio del cuello.—  Por cierto, ¿cómo está tu novio? — bufé en voz baja.

— No es mi novio,— aclaré. — y él está bien, la hinchazón y el dolor bajaron.— hablé refiriéndome a Noah.

— Excelente, a eso llamo yo recuperación rápida.— le mostré una falsa sonrisa, a modo de agradecimiento.— Nos vemos mañana.

Todavía no terminaba de caerme bien.

No tenía nada que hacer aquí, pero tampoco lo tenía en casa, así que decidí revisar los libros que medicina que reposaban en un estante al lado de la ventana.

La mayoría hablaban sobre los músculos del cuerpo, los huesos y todos sus nombres.

Cuando estuviese aburrida probablemente tomaría uno prestado.

Habían solo dos que hablaban sobre maternidad y partos en casa, por lo que suponía, eran para Raven. Llamó mi atención el que no hubiera ninguno que hablara sobre medicina herbolaria y no pude evitar recordar aquel libro que vi en la librería esa vez en ese pueblo.

Conforme pasaran los años, los medicamentos claramente desaparecerían y no tendríamos nada, pero si las generaciones pasadas usaban las plantas para sanarse, ¿por qué nosotros no?

Dejé el libro que tenía en mis manos cuando sentí la puerta abrirse.

— Oficial.— sonreí. — ¿Qué lo trae por aquí? — me burlé un poco al ver a Rick con su atuendo. Me miró con la cejas alzadas y luego sonrió.— El uniforme te queda bien.— lo señalé.

— Gracias

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— Gracias. También te ves bien.— me señaló con su barbilla.

— Gracias. — sonreí, ladeando un poco mi rostro.— ¿Dónde está Carl? — le cuestioné. — Lo vi salir en la mañana, pero no me lo he topado.

— Debe estar en clases o en casa de Jessie. — sonrió.

— ¿Aquí hay escuela? — me sorprendí. — Espera, ¿quién es Jessie? — pregunté con curiosidad  y volví al formular una sonrisa cuando mostró algo de nerviosismo.

— Una mujer de la comunidad, muy amable, de hecho.

— Llegamos hace menos de una semana ¿y ya te hiciste de amigas? — aguanté una sonrisa.

𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.Where stories live. Discover now