𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 || 𝙳𝚊𝚛𝚢𝚕 𝙳. /𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗 𝚂.

• 31.•

Sentí como el aire chocaba contra mi cuello, así que me acomodé mejor en la cama, intentando encontrar mi propio calor corporal. Pronto sentí unas manos rodeando mi cintura.

— ¿Qué pasa? — la voz de Daryl resonó en mi oído. — ¿No puedes dormir? — su respiración volvió a rozar la piel de mi cuello.

— Está comenzando a helar.— me acomodé más a su cuerpo y sus manos afirmaron el mío con fuerza.

— Mhmm.— estuvo de acuerdo.— Creo que la ventana quedó abierta.

Asentí a sus palabras, pero aún seguía algo dormida, por lo que no pude hacer más que enredarme un poco más en las sábanas y abrigarme.

— Amelie. — su voz resonaba en la habitación.— La ventana.

— No importa, la cerraré en la mañana.— afirmé mi agarre en la mano que me rodeaba.

— Amelie.— volvió a decir.— ¿Quieres que la vaya a cerrar?

— No, quédate en la cama.— me giré para verlo.

Sus ojos me miraron con cuidado y terminó por asentir.

— Está bien, ven aquí.— estiró su brazo para que pudiera acurrucarme nuevamente en su pecho.— Amy.

El sueño me ganó y cerré mis ojos.

— Amelie.— volvió a llamarme.

— ¿Mhmm? — contesté esta vez.

— Tienes que despertar.

¿Qué?

— ¡Amelie! — me senté en la cama ante el grito.

Mi corazón comenzó a latir con más fuerza y me giré para ver a Daryl, pero ya no estaba en la cama.

— Amelie, cariño.— los golpes en la puerta me hicieron caer en la realidad. — El desayuno ya va a estar listo.— la voz de Carol inundó mi cuarto.

— Yo...ah...— la sensación real de mi sueño aún no se desvanecía.— Bajo en unos minutos.— le contesté y, después de unos segundos, pude oír sus pasos alejándose por el pasillo.

Pasé una mano por mi cabello a la vez que cerraba mis ojos.

Todo había sido un sueño.

Me estremecí al sentir una brisa chocar contra mi cuerpo y llevé mi mirada a la ventana, la cual estaba abierta.

Aunque eso no.

Me acerqué para poder cerrarla y fruncí mi ceño al todavía percibir la sensación casi real de las manos de Daryl sobre mi cuerpo. Sacudí mi cabeza y cerré la ventana, intentando eliminar aquellas imágenes de mi mente.

Entré en el baño y observé mi reflejo en el espejo.

Me veía terrible.

Comencé a desvestirme para tomar una ducha rápida. Para cuando ya había cambiado mis vendas y estaba vestida, salí al pasillo y bajé las escaleras, haciendo una mueca de dolor.

— Maldición. — solté en un murmullo cuando pisé el último escalón.

Las voces animadas de los demás se oían desde mi posición. Mi corazón dio un vuelco cuando vi su ballesta en la sala.

— ¿A quién buscas? — Michonne apareció frente a mí.

— A nadie.— respondí con rapidez.— Solo estoy buscando mi arma.— le mentí, pero ella sonrió al notarlo.