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Hürrem estaba tranquila, su coronación finalmente había sido anunciada, se sentía nerviosa pero solo un poco pues no era la primera vez que estaba en una posición parecida, cuando la coronaron en el harén había sido lo mismo, claro en ese entonces solo se habría mostrado a las mujeres del harén y a los Aghas que cuidaban de ese lugar.

Y en esta ocasión hombres y mujeres importantes la verían, ante esto estaba un poco nerviosa pero no demasiado, tendría que aprender esta vez a estar rodeada de esa gente y mas aun de hombres pues en la corte real la mayoría eran hombres.

Cihangir miraba todo lo que pasaba y aun no entendía nada, la gente lo miraba con cariño, algunos lo miraban con lastima por su enfermedad pero después de conocerlo se dieron cuenta de que nada lo limitaba para ser feliz, el protocolo siempre fue claro, el cariño no se mostraba en publico sin embargó para Hürrem no era importante si veían o no cuanto amor les tenia a sus hijos y eso quedo demostrado pues durante la fiesta celebrada después de la coronación no lograba mantenerse alejada de su hijo.

Y el pequeño a cada oportunidad le exigía un abrazo a su madre, no recordaba del todo el tipo de bailes que solía practicar cuando era niña, pero no le costo mucho adaptarse de nuevo, aunque el único que sufrió fue Stefan quien un par de veces sufrió uno que otro pisotón mientras ella intentaba calcular sus movimientos.

...

Dos días después Hürrem miraba por la ventana de la oficina, esperaba a su madre, había tomado una decisión y quería que ella la supiera.

Su forma de vestir no era diferente, se había acostumbrado tanto al imperio otomano que decidió seguir vistiendo de la misma forma, nadie la cuestionaba pues no los obligaba a usar atuendos diferentes y entendían que vivió mucho tiempo en otro lugar y no podía simplemente renunciar a todo.

Eleonor entro a la oficina y miro a Hürrem con una sonrisa —Te trajimos un regalo— comento con tranquilidad.

Hürrem volteo y la miro, entonces miro al hombre a su lado, era Marcus, ambos extendieron lo que ella supo que eran los territorios para unirse de nuevo —Les dije que no lo firmaran, no tenían que hacer esto— comento con seriedad.

Marcus la tomo de la mano, no te preocupes, seguiremos siendo quienes estén al frente de esos lugares como delegados de nuestra hermosa reina— comento con una sonrisa.

Marcus la tomo de la mano, no te preocupes, seguiremos siendo quienes estén al frente de esos lugares como delegados de nuestra hermosa reina— comento con una sonrisa

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Anastasia La Rossa (Hürrem Sultán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora