Anastasia La Rossa
Un nombre que quedo en el olvido, un nombre al que fui obligada a renunciar.
Todo estaba bien hasta que llego ella y me quito lo único que tenia y gracias a eso recuperé mi nombre, mi titulo y mi familia.
*Los personajes así como...
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Por la mañana Hürrem despertó primero, beso la frente de su príncipe y se arregló para salir a la cubierta, traía un vestido más sencillo, le gustaba usar cosas menos ostentosas cuando estaba sola o cuando no tenía que mostrarse en público.
Bali Bey estaba hablando con el capitán, Hürrem decidió ignorarlo y hablar con Rüstem, había planeado casi todo y jamás hablo con el de sus intenciones de llevarlo a su reino con ella, aunque él no se negó le debía una explicación.
Se acerco con tranquilidad a él —Rüstem— menciono con calma.
Él la miro con media sonrisa —Majestad— respondió con una pequeña reverencia.
—Se que no te hable de esto y quiero disculparme contigo por eso, debí haber hablado primero contigo, pero todo se salió de control en tan poco tiempo que lo olvide— comento con un poco de culpa en la voz.
Rüstem le sonrió —No tiene que explicarme nada, le debo muchas cosas— comento con una sonrisa.
Hürrem le sonrió y poco su mano en su hombro —Gracias por todo, tendrás un buen puesto, eres un hombre inteligente y leal— comento con tranquilidad.
Aquel gesto no pasó desapercibido, Bali volteo justo a tiempo y sin saber el contexto de la conversación no pudo evitar sentirse celoso de aquella imagen, incluso cuando aún estaba con Süleyman sentía ciertos celos de Rüstem pues la forma en la que la miraba y como se hablaban era diferente a como lo haría cualquier otro.
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Se acerco delicadamente para saber de qué hablaban y terminar con aquella escena que le causaba rabia.
Rüstem sonrió una vez más y tomo la mano de Hürrem, beso su mano en agradecimiento y Hürrem le sonrió.
Bali bey se puso más molesto y se controló lo suficiente, parecía que aquel beso de la noche anterior lejos de calmarlo lo volvió más loco y ahora no permitiría que alguien más se interpusiera.
—Majestad— dijo en tono tranquilo a pesar de que por dentro quería tirar a Rüstem al mar.
—Bali Bey, le decía a Rüstem que es un guerrero valiente y leal, justo lo que necesito ahora a mi lado— comento Hürrem con una sonrisa.
