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Después de la plática con su madre salió del palacio enojada, pero más tranquila por haberle dejado claro lo que pensaba, en el camino hacia el carruaje vio a Bali Bey llegar, él se veía algo preocupado, se acercó a ella —Mi señora no debería volver al palacio, escuche lo que paso esta tarde con el sultán— comento con seriedad.

Hürrem lo miro con calma —Bali Bey lo que paso dudo que se vuelva a repetir sin embargo debes saber que el sultán ahora sabe toda la historia que tuvimos, incluso el error que cometí cuando estaba aquella criada— comento con seriedad.

Bali la miro más preocupado que antes —Ahora menos te dejare volver a ese palacio, puede hacerte daño— comento tomando su mano.

Hürrem se safo de su agarre —Bali bey, él no puede hacerme daño, se enfrentaría a quedar como un bárbaro y perdería los tratados con mi reino y mis hijos jamás lo perdonarían y lo sabe— comento con seriedad.

Bali la miro con preocupación —Estas segura de eso— comento con seriedad.

Hürrem lo miro con calma—Bali Bey, ya te lo dije a mi no puede hacerme daño sin embargo a ti si y por el bien de nuestros hijos es mejor que permanezcas con vida, regresa al reino o espéranos en el barco, esto acabara en una semana— comento con seriedad.

Bali Bey la miro con seriedad y ciertamente sintió su frialdad al momento de retirar su mano de su agarre y en la forma en la que le hablo.

—Entonces los esperare— comento con tranquilidad, intento hacer algo más y acercarse a ella, pero solo recibió como respuesta un movimiento de su mano para que no lo intentará.

Hürrem se subió a su carruaje y siguió su camino.

...

Una semana después los príncipes ya tenían todo preparado y listo para cargar, la orden ya se había dado los carruajes tendrían que estar listos para cuando ella los solicitará.

Entraron a la sala de consejo y dieron la última lectura de los tratados que iban a firmar.

Todo estaba bien y era justo así que todos firmaron.

Mehmet, Mihrimah, Selim, Bayezid y Cihangir estaban con la madre sultana, Sahrazad estaba también con su madre y su hija Esmehan.

Hatice, Mahidevran, Mustafá y Gülfem estaban en aquellos aposentos simplemente pasando el tiempo y esperando que el sultán y Hürrem anunciarán la tan esperada firma de los tratados y Hürrem partiese del palacio esa misma tarde para que al día siguiente partiera de Estambul.

Una vez firmado aquel tratado Hürrem lo miro con seriedad —Sultán Süleyman hay una cuestión más que quiero pedirle sin embargo es mejor que lo hablemos a solas— comento con seriedad.

Anastasia La Rossa (Hürrem Sultán)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang