Anastasia La Rossa (Hürrem Sultán)

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Los años habían sido tranquilos, ni Mahidevran ni la madre sultana habían sido llamadas de regreso, Hürrem estaba tranquila dirigiendo el harén como se debía y de su lado estaba Afife quien había aprendido a llevarse bien con ella sin tener que favorecerla, cosa que tenía a Hatice enojada por que pensó que con Afife las cosas estarían a su favor y en realidad no fue así.

Hürrem veía a sus hijos en el jardín, estaban jugando mostrándole a ella que eran buenos con la espada, Mehmet lo hacia muy bien, Alexander se había convertido en su mejor amigo y siempre practicaban juntos sin importar la pequeña diferencia de edad.

Mihrimah estaba a lado de su madre junto a Katerina con quien se había vuelto también una buena amiga y Kasya se mantenía simplemente a lado de Hürrem, Selim y Bayezid estaban corriendo tranquilos por el jardín cuidados por sus respectivas criadas.

Hürrem los miraba con una sonrisa mientras acariciaba su crecido vientre, con este embarazo había estado monitoreada muy de cerca por la partera para que el daño que había causado aquella daga no fuese un impedimento a largo plazo pues si bien es cierto ya habían pasado años ese tipo de heridas tardaban en sanar del todo.

Mientras los miraba apareció Malkocoglu, en realidad comenzaba a normalizarse el tenerlo cerca, la miro con una sonrisa —Sultana, Príncipes, su majestad me ha pedido que le entregue este presente— comento con calidez.

Hürrem lo tomo con una sonrisa, era un hermoso collar que seguramente el había hecho con sus propias manos y también había una pequeña hoja de papel que leyó y era un poema, sonrió mucho mientras lo leía y se podía ver como su corazón rebosaba de alegría, lo guardo —Gracias Malkocoglu— comento con una sonrisa.

Y este se marcho para seguir con sus labores.

Hürrem seguía mirando a sus hijos con una sonrisa, de pronto sintió una fuerte punzada en su vientre, los niños de inmediato se dieron cuanta y corrieron hacia su madre, Alexander fue el primero en acercarse lo más rápido que pudo —¿Madre estas bien? — pregunto olvidándose que los demás niños estaban ahí.

Sin embargo, los niños estaban tan preocupados que no le dieron importancia sus palabras —Estoy bien, no se preocupen, ya paso— comento Hürrem intentando calmarlos.

Aunque su calma duro tan solo unos segundos pues otra punzada llego, sabia lo que era, estaba a punto de dar a luz antes de tiempo.

Mihrimah asustada corrió y alcanzo a Bali Bey —Bali Bey— grito y el hombre la miro.

—¿Qué sucede sultana? — pregunto intrigado.

—Por favor ayúdanos, mi madre siente dolor— comentó asustada y Bali Bey volvió rápidamente.

Al mirarla lo supo —Príncipes vuelvan al palacio, yo ayudare a su madre— comento con seriedad.

Las jóvenes los llevaron, él miro a Hürrem —Tranquila, te ayudare a ir a los aposentos y después la doctora hará su trabajo, respira hondo— comento, en ese momento el sultán no se encontraba en el palacio, estaba en el palacio de la sultana Hatice con Ibrahim pasha y ella pues querían hablar algo con él.