IV:Regalos Del Infierno

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¡Mamá!

Cada noche tenía un sueño. Uno muy macabro, espeluznante.

En la oscuridad de la noche la fogata mostraba una terrible escena, una sombra gigantesca y el sonido de agua goteando se escuchaba como un 'tic tac'.

¡Mamá!

El gorgojo de una voz ahogada me estremecía junto a la sensación de frio y humedad.

¿Quién grita?

Cuando intenté tapar el sonido de esos gritos con mis manos temblorosas mire al suelo. Allí, una mujer con un desordenado cabello rosa y un delicado vestido blanco era manchada por sangre que no sabía de donde salía.

En contra de mi voluntad mi cuerpo se movió para ver su rostro.

Era yo.

Me desperté de golpe con el sudor frio recorriendo mi cuerpo, jadeando sentí las lágrimas recorrer mi rostro me quede ahí sentada en el silencio con mi llanto ahogado. Recosté mi cabeza en mis rodillas y les abrace.

Quería saber qué es lo que estaba pasando ¿porque tenía este sueño tan horrible cada día?

Después de un rato sentí más calma, me levante de la cama y abrí las cortinas de mi departamento. Sentí que la luz en mi piel era la mejor sensación después de tanto miedo. Prendí la radio entre las noticias y duchándome se escucha I Can't Falling In Love y Kil Pop. Al salir, recibí un mensaje de Gerardo.

"El día de Hoy en la noche salgo para allá ¿quieres que te lleve algún recuerdo de la tienda del aeropuerto? Hay de esos magníficos dulces que tanto te gusta esos mangonadas? Espero que haya bueno te dejo para que vayas al trabajo nos vemos en la noche"

Sabía que ese mensaje era para alegrar mis mañanas, algo tierno y dulce de su parte. Pero antes de que pudiera decir algo, tocaron a mi puerta. Era un joven con un paquete algo extraño.

- ¿Paquete para la señorita Layla?

Sentí un escalofrió al escuchar mi nombre

- Soy yo.

El joven saco un bolígrafo y una tablilla para firmar el paquete.

- Firme aquí, por favor

Al firmar y entregarme mi paquete se retiró, y vi que era un hermoso estuche rojo, dios, detestaba el color rojo. Abrí el susodicho paquete, ye eran chocolates con almendras y llenas de cerezas bañadas en alcohol, alguien intentaba matarme, ya que yo era alérgica a las almendras en ese momento tire la caja el suelo y callo de manera muy estrepitosa empecé a aplastar los chocolates y busque rápido mi bolso para irme.

Llegando a mi lugar de trabajo me topé con Eduardo en los casilleros, y en eso me vio agitada con muchas ganas de llorar y me interrumpió al detenerme en su camino

-¿Layla? ¿Te encuentras bien? ¿Qué ha ocurrido? Te ves pálida ven siéntate, ahora cuéntame ¿Qué paso?

En ese momento no pude decir nada pero cuando vio mi alergia se dio cuenta de todo

-¡Oh Layla! tu ungüento para la piel, ¿dónde lo traes? Layla, ¿comiste algún tipo de comida que contenga, almendras?-

Sentí ganas de llorar o quizá estaba llorando. Mis nervios estaban al máximo en ese momento.

- Me llegaron unos chocolates al departamento y cuando los vi a simple vista eran de almendras con cerezas, pero no tenían remitente y Gerardo me envió mensaje que llega en la noche y mi ungüento se me terminado, debo comprar mas

Cuando termine de decir esto, Eduardo se acercó al casillero de Gerardo y lo abrió como si nada pasara.

- Por suerte él siempre me dice la contraseña de su casillero, en caso de emergencias, y siempre tiene un botiquín de primeros auxilios incluidos tus alergias.

Me puso ungüento en mis brazos y mejillas, para que se me bajaran, en ese instante entendí que ese regalo iba dirigido a mí pero, ¿quién sería capaz de tal atrocidad? En ese preciso instante entro al área de casilleros, Jonathan con una sonrisa triunfadora, y se acercó a mi diciendo: - Hola bella dama ¿te han gustado las cerezas de chocolate con almendrado? Pensé que una linda dama como tu degustaría de algo tan fino como ella.

Antes de poder decir algo Eduardo interrumpió.

- ¡Con que fuiste tú! No me sorprendería de ti, semejante barbarie, ella es alérgica a las almendras y además, ¿cómo conseguiste su dirección?

Eso fue lo que más me asombro, que consiguiera mi dirección. Pero en ese momento el tono de voz cambio drásticamente en el hombre cuestionado.

- No lo sabía una disculpa no volverá a pasar y no tengo por qué decirte como lo conseguí solo lo conseguí es todo lo que tienes que saber.

Apresuro su paso y se retiró del lugar cuando una mujer lo intercepto.

-¿Y? resulto como dijiste ¿La conquistaste?

El hombre con una mirada diabólica pero con tranquilidad respondió a la pregunta.

- Nunca me dijiste que era alérgica a ese tipo de alimentos ahora me la gane de enemiga y yo la quiero para mí, y si no es va para mí no será de nadie.

En ese momento la chica salió de las sombras y dijo con sarcasmo e ironía.

-¿Y qué harás al respecto? Digo, ¿arrebatársela a Gerardo? Sera difícil con su amigo aquí, además, él vuelve hoy.

Decía la chica al joven que quería conquistar a Layla.

- Lo hare a mi manera, querida Yamileth.

Pureza Tomo 2 [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora