XVII: Nunca Estuvimos Vivos Y Nunca Debimos Enamorarnos

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Julio, inicio con el pie derecho, la tienda, iba de maravilla, mientras sus empleados, estaban en un ambiente de armonía, y tolerancia, todo iba a flor de piel, Layla y Gerardo eran amigos como siempre, y Yamileth aun seguía teniendo su misma usual característica sensual.

Eduardo, ahora estaba de encargado de los turnos, a veces los cuatro nos reuníamos, para poder platicar un poco, los primeros días de Julio, Jonathan, era amable, sensible y cariñoso muy dulce, así paso hasta que llego el día 28 de julio del 2018 a las ocho y treinta, Jonathan me había invitado a cenar para decirme algo.

– Querido colibrí, quiero decirte que, me gustas demasiado, y sé que tú también empezaste a sentir cosas por mí, te pido que seas mi novia.

Cuando dijo esto sonreí porque efectivamente, él me empezaba a gustar y me enamore de él, así fue como ese día me sentí dichosa, al saber que él me amaba, que alguien me amaba, pero estaba lejos de imaginarme lo que ocurriría después.

Al día siguiente llegue a mi trabajo con mucha energía, y muy feliz con una sonrisa que se me notaba a leguas de distancia.

– ¿Amiga? ¿Por qué tan sonriente? ¿Acaso será que ya por fin te decidiste a estar con Jonh? ¡Cuéntamelo todo!

En eso se acercó Gerardo y me dijo algo abrumado.

– ¿Es enserio? ¿Acaso ya se hicieron pareja? ¡Pero Layla! Que demo...

En eso Gerardo se retiró de donde estábamos nosotras pateando todo a su paso, con coraje y rabia, sin pensar o medir sus palabras Yamileth no le tomo relevancia a Gerardo y me dijo con su tono dulce

– Bien amiga, al fin lograste que Jonathan te haga caso pero aquí entre nos, te haremos un cambio de imagen para que te veas más bella no sé, un tinte fantasía para que se te vea diferente el cabello.

En cierta parte sabía que tenía razón, además no haría daño que me viera diferente, además, entre más linda mejor.

Ese día nos dispusimos a ir al salón de belleza, para que me hicieran el cambio de estilo, aunque el joven comento que para que el cabello me agarrar en ese tono tenían que decolóramelo, pasarme a rubia, a lo cual era algo raro, pero estaba dispuesta, hasta que llego una estilista que se llamaba Rocío, y me atendió diciendo.

– Oye Jorge, el decolorado tardaras mucho, tienes una cita con una cliente muy especialita y delicada, así que déjame a la chica. Buenas tardes me llamo Rocío Labutkin, y soy la dueña de esta estética bienvenidas ¿Quieres hacerte un decolorado?

Asentí con la cabeza cuando de pronto le llego una llamada a Yamileth.

–Oh mierda, es mi jefe debo volver lo lamento amiga, te lo compenso mañana con noche de chicas, vale hasta luego.

En eso me abandono en la estética y la señora me dio el asiento, y me dijo en un tono muy amable.

– Tranquila nena, soy profesional, y créeme para que te veas linda hare una técnica nueva de decolorante para que tengas el cabello de fantasía.

Sonreí y asentí con la cabeza sin decir nada en eso la señora me hizo una plática muy amena, que se me olvido que estaba haciéndome el decolorado me había caído la noche, sin darme cuenta, ya que la plática de la señorita Rocío, era muy amena, al grado de olvidarme de la hora que era, cuando recobre el sentido del tiempo, le pedí que me dijera cuanto era, al momento de pagar me di cuenta, que tenía un letrero de "SE RENTA DEPARTAMENTO"

A lo que pregunte algo seria.

– ¿Acaso usted renta algún departamento aquí cercas?

A lo que ella respondió con amabilidad

– Así es, soy la dueña de la estética, y de ese edificio, es pequeño pero tiene departamentos acogedores ¿Quieres verlos?

Asentí con la cabeza , para poder ver más a detalle el departamento en renta, en si era un cuarto, algo pequeño pero era acogedor, a lo que sonreí porque en mi hogar era grande, y solo para mí, se me hacía algo grande, le dije con amabilidad que me hiciera un contrato para rentarlo, ya que era un lugar perfecto para poder estar en mis días solitaria, para pensar y reflexionar, además que estaba en el centro, nos dispusimos a firmar los papeles, en su estética la cual, había ya cerrado por ese día, vi que tenía un piano, en esa estética mi curiosidad me llevo a él y ella dijo.

– Ese viejo piano nadie le toca, al contrario le huyen, pero aun sirve.

Sonreí y le dije.

– Es bello, me encanta la música, es algo que me hace feliz, pero jamás, he tocado un instrumento musical, en fin, le daré de una vez el anticipo y unos cuantos meses de adelanto

En ese instante me entro una llamada era Gerardo el cual me hablaba para asegurarse que estaba bien.

– ¿Layla? ¿Estás bien? ¿Todo bien? ¿Necesitas algo?

A lo que le respondí – No gracias Gerardo, ya voy para mi hogar, así que tranquilízate, te marco cuando este en casa. – Colgué la llamada y en eso irrumpió en mis pensamientos mi nueva amiga.

–Vaya, sí que se preocupa por usted ese joven, es un buen novio, y se nota que te ama. – sonreí con algo de ternura y respondí.

– Él, no, es más como un hermano, o algo así, nos queremos mucho pero no somos novios. – En eso sonrió y me dijo.

– Un hombre que ama, de verdad, te hará sentir amada, y querida todos los días, y él se le nota, y aunque no lo conozco, se nota a leguas, de distancia que él, es un gran hombre.

Sonreí y la abrace con ternura dándole a entender que volvería pronto, salí de ese lugar feliz porque al fin había encontrado donde sentirme bien conmigo misma, seguí mi rumbo hasta llegar a casa, y ya en casa estaría más tranquila.

Pureza Tomo 2 [EN PROCESO]Where stories live. Discover now