XVI:Todo Dolor Todo Tormento

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Pasarían unos pocos minutos para que ese momento de reflexión, que era lindo para mí se viera opacado por el alto parlante, el cual nos pedía, a todos los asociados ir enseguida, a la bodega, ya que era de extrema urgencia, a lo que Gerardo me cedió el paso, pero cuando me dirigía a la bodega me intercepto Jonathan, el cual ya me estaba esperando con un lindo ramo de Girasoles frescos y me dijo al oído.

– Escuche por ahí que te encantan los girasoles, así que te traje este bello ramo para ti, bello colibrí.

Cuando dijo esto, Gerardo, nos vio sonriendo y se alejaba mientras yo sonreía al cortejo de Jonathan– Te veo saliendo del trabajo.

Le dije algo sonrojada, Gerardo se regresó y me dijo muy triste.

– ¿En serio estarás con ese patán? Layla por favor, piénsalo bien.

Mi respuesta lo dejo atónito.

– Mira Gerardo, lo que haga con mi vida, es mi problema, en primera. Segundo, no le dado ninguna oportunidad solo nos estamos conociendo, ¿Vale? Y en tercera, no veo nada de malo en conocerle, eso es todo.

Cuando dije esto el negó con la cabeza, y se retiró con las manos en los bolsillos, dando a entender que esto no acabaría bien cuando se topó de frente con su amigo Eduardo.

– ¿Y bien? ¿Hubo reconciliación? ¿Le diste la cajita con el anillo? ¡VAMOS HOMBRE DI ALGO!

Gerardo no sabía que responder, ya que con la cabeza baja, solo le pudo mostrar el anillo, que tenía reservado para ella, al mantener su posición cabizbaja, sus lágrimas brotaron, pasando por sus mejillas, abrazando a su amigo el cual, solo pudo abrazarle y compadecerse de este, cuando pudo tomar la palabra, la voz de Gerardo se oía, quebrada, como un vidrio que se quiebra en el piso.

–NO, no pude, no pude, maldición, ella caerá, a los pies de ese infeliz, de ese imbécil, y yo sé que le hará mucho daño, que no la hará feliz, pero si ella va a ser feliz, no puedo interponerme en su camino solo mirar, como sonríe.

En eso su amigo trato de calmarlo pero era hora de ir a sus labores.

Pasaron las horas y Gerardo no paraba de mirar a la chica, con ternura, aun a sabiendas que ella, ya no sería de él, no había más que hacer, solo contemplar su bello rostro que para él era angelical ante todo, pero sobre todo, era puro.

Acabando la hora laboral, el joven se dispuso a tomar sus cosas del casillero y no vio atrás de él a Layla la cual le estaba esperando con unos boletos de cine en mano

–Ok, ¿Y crees que con eso, me vas a contentar?, pues si ¿Cuál vamos a ver?

Dijo el joven al ver a Layla decidida a llevarlo a pasear, y a dar la vuelta con ella, hasta que vio bien los boletos, y se percató de que era boletos en primera fila para su agrupación favorita y este dijo riéndose.

– Sabes cómo hacerme sonreír vale, pero no aguantas esas canciones ¿Por qué te dio por invitarme?

La chica saco la cajita musical y le dijo en un tono dulce.

– Porque usted joven amigo mío, me tolera mis cursilerías de música así que, vámonos o me arrepiento.

El chico sonrió y saco una playera distintiva de esa agrupación, iban emocionados por que era la primera vez que Layla iría a un concierto con alguien ya que normalmente ella no sale a conciertos.

Salieron de su zona laboral, encaminándose al concierto que estaba a cuarenta minutos de distancia al llegar, bajaron, para disfrutar de la noche de amigos, pasaron las horas y termino el concierto, Gerardo llevo a Layla a su casa, y este le dijo en tono dulce.

– Gracias, Layla, fue lindo de tu parte haberme invitado. Sé que estabas incomoda, porque no es tu estilo pero, lo agradezco ¿Amigos?

Layla sonrió y abrazo a Gerardo y le respondió.

– Los mejores amigos –

Cuando menos se esperaban junio había terminado, para darle inicio al mes, que empezaría todo, Julio, este mes ella jamás lo olvidaría.

Pureza Tomo 2 [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora