XI:Mi Razon De Existir

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- Interesante, quizá debería decir le ha Jonathan – dijo la joven sin ser notada entre la multitud.

Gerardo entro al comedor, con una sonrisa en su rostro y trayendo una bolsa de color café en sus manos se dirigía a Layla para poder sentarse.

– Hola mi pequeño cisne negro, ¿Cómo amaneció la princesa ciruela el día de hoy? – Me quede callada, y ni si quiera me digne a dirigirle una mirada, en ese momento me levante de mi asiento.

– Permiso – Sentí una mano sobre mi muñeca tratando de impedir que me fuera, pero era inútil, ya que no quería saber nada de él, en ese momento él me dijo con una voz casi temblorosa al borde del llanto.

– ¿Qué ocurre? ¿Por qué me evades? Acaso ¿hice algo mal? Layla, di algo.

Dirigí mi mirada a sus ojos sosteniéndole la fría reacción que tenía hacia su persona, y respondí de la forma más seca y cruel que pude – Debes ir con tu "noviecita" a ella es a quien debes ir a procurar no a mí.

En eso, en un tono romántico y poético el joven abrazo a la chica y le dijo unas palabras que llenaron de alegría el corazón de Layla –Un alma grave se guarda sus propios secretos y asume su castigo en silencio.

- Es de Dorothy Dix ¿No es así?

Gerardo se me acerco furtivamente a mí y solo sentí sus labios contra los míos unidos en un cálido beso, cerré mis ojos por unos milisegundos pensando que esto era una falsa ilusión, que en cualquier momento despertaría de mi sueño.

– Dime por favor que esto no es un sueño, o una falsa ilusión pensado de ti.

A lo que el joven le tomo de las mejillas con sus palmas, y le dijo muy tiernamente – ¿Crees que haría esto, si fuera falso lo que siento? Layla he estado contigo muchos años y se quién eres, pero nunca me he atrevido ni si quiera a pensarte mal, al contrario te veo en la noche mi pequeño cisne negro.

Abrí mis ojos ante tal respuesta de Gerardo, lo vi sonreír y alejarse de mí, dando unos torpes pasos hacia atrás, en eso Eduardo me espanto el momento romántico.

–Vaya manera de decirte que te quiere pero, volviendo a nuestro trabajo tienes que arreglar el área de Congelados – En ese momento me dispuse a regresar a mi labores, no sin antes mirar atrás, y verlo a él haciendo lo mismo esta era la razón de mi día a día, era la razón de mi existir.

Pureza Tomo 2 [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora