8. Tú eres mi problema

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Dos años antes

Villarreal

Una noche, a mediados de enero, Pau y Verona volvieron a encontrarse en uno de los pubs de su pueblo. El lateral amarillo estaba en la barra tomándose algo con sus amigos celebrando su cumpleaños por adelantado cuando la vió entrar. Casi se cayó de espaldas. Llevaban mucho tiempo sin verse. Demasiado. Y en cuanto Pau la vio, se dio cuenta de que ella había dejado de ser su amiga para querer que se convirtiera en algo más. Su deseada amiga, que con ese vestido rojo entallado y de escote de pico lo tenía nervioso perdido. Automáticamente se sintió mal porque él estaba empezando a tener "algo" con Irene. Se habían enrollado en Mallorca y el Fin de Año lo pasaron en Madrid sin que se enterara nadie.

Pero Verona le acababa de remover todo el cuerpo otra vez. Era la sensación de querer tomarla en sus brazos y no despegarla de su cuerpo, de besarla hasta que le dolieran los labios y de tenerla en su cama toda la noche.

Sensaciones que con Irene no tenía.

Sus ojos se cruzaron nada más verse. La sonrisa genuina de Verona le atravesó el corazón con miles de flechas. Ella dejó a sus amigas y fue corriendo a su encuentro. Nada más verlo se arrojó a sus brazos permaneciendo así unos buenos segundos.

- ¡Pero mírate! -le dijo Verona recorriendo el cuerpo de Pau de arriba a abajo. Tenía que admitir que el fútbol le estaba sentando de maravilla a su amigo porque había ganado tono muscular y hasta parecía que había crecido aún más- cualquiera diría que juegas en Primera

- Anda tonta. Dame otro abrazo que te he echado mucho de menos

Volvieron a abrazarse esta vez disfrutando de la cercanía del cuerpo del otro. Al separarse se miraron riéndose . Pau la cogió de la cintura y la puso a su lado en la barra.

- Venga, que te invito, ¿qué quieres? -le preguntó Pau mientras le quitaba un mechón de pelo de la cara. Ese pequeño gesto hizo que Verona contuviera la respiración y apretara sus labios algo nerviosa

- Un Brugal cola -le contestó ella tragandose el suspiro que quería salir de su garganta

Pau pidió dos copas y en cuanto se la pusieron brindaron por el encuentro. El resto de la noche la pasaron juntos, sin hablar con nadie más que no fueran ellos. Encontraron dos taburetes donde sentarse y contarse su vida. No se les acababan los temas de conversación. Aunque Pau no era capaz de decirle lo de Irene. No quería romper este increíble momento.

- En dos semanas es tu cumple -le dijo Pau

- Y en unos días es el tuyo rubio

- 21 ya. ¿Te gustaría que hiciéramos algo?

- Me encantaría Pau, de verdad que me encantaría. Pero, este lunes ya no estaré aquí... -le dijo ella mordiéndose los labios muy nerviosa

- ¿Y eso? ¿Qué pasa? ¿Dónde vas? -le preguntó él muy extrañado

- ¿Me prometes que no se lo vas a decir a nadie? Lo que te voy a contar sólo lo saben mis padres y ahora tú

- Te lo prometo -Pau se llevó la mano al corazón e hizo una cruz consiguiendo que ella se riera. De pequeños siempre juraban así

- El viernes de la semana que viene entro en el concurso SINGERS STARS -le dijo ella muy emocionada - me han seleccionado

- ¡Ostras Verona! ¡Eso es genial!

Pau abrazó a su amiga con algo de desilusión. Ahora que se habían vuelto a encontrar, quería pasar más tiempo con ella, sobre todo porque quería averiguar que coño estaba empezando a sentir por su amiga. Siempre pasaba lo mismo. Cuando volvían a verse, se separaban otra vez.

𝓛𝓪 𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪Where stories live. Discover now