35. El prometido de la estrella

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Domingo 28 de julio de 2024

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Domingo 28 de julio de 2024

Barcelona

La primera vez que ví cantar a Verona en directo, me quede muy impresionado. Solo fue una canción, pero fue espectáculo puro. Ahora que he tenido la oportunidad de vivir estos días con ella, de acompañarla en la gira y de ver un concierto suyo completo, puedo decir que Verona es increíble como cantante. Tiene una voz excepcional.

Si ya me tenía loco, ahora me tiene más.

Éste es el último concierto al que puedo acompañarla. El martes me incorporo a los entrenamientos del Madrid y voy a echar de menos estar las 24 horas con ella. Hasta casi mediados de septiembre tiene conciertos, y luego un par al mes aparte de todo lo que le va surgiendo.

Hemos decidido que vamos a vivir en mi casa. Aunque prácticamente ya viviamos juntos. De hecho ella se ha ído trayendo poco a poco sus cosas. El piso donde vivía era de su amigo Pablo. Él se compró una casa a las afueras de Madrid y se lo alquiló a Verona. Aunque ella dice que lo que le paga es simbólico porque así él lo quiso.

Escucho a la gente aplaudir y Verona se despide de su público. Las luces se encienden invitando a la gente a irse y ella baja del escenario por las escaleras. La espero justo al final de ellas y cuando me ve, una preciosa sonrisa se forma en su cara. Literalmente se arroja en mis brazos en cuanto sus pies tocan el suelo. La agarro de las caderas y la alzo dejando que su boca devore la mía en cuestión de segundos.

Lo que he aprendido de Verona cuando termina un concierto, es que tiene la adrenalina a tope. Y que sólo quiere estar conmigo.

- Hola novio -me dice ella agarrándose a mi cuello. Mis manos bajan hasta apretarle el culo mientras camino hacia su camerino

- Hola preciosa mía. ¿Estás cansada?

- Muy cansada

- ¿Pedimos del servicio de habitaciones, llenamos el jacuzzi y a la cama?

- Me parece una idea genial. ¿Sabes que te quiero?

- Y yo a ti

Beso a Verona mientras camino con ella en brazos. Su cabeza se refugia en mi pecho mientras se agarra a mi cuello. La gente, su equipo, casi ni nos miran. Ya están acostumbrados a que cuando ella se baja del escenario, este es nuestro momento. Abro la puerta del camerino y entramos dentro. Voy hacia el sofá y me siento con ella en brazos. Le aparto del pecho y le quito el pelo de la cara mientras ella me mira cansada.

- Has estado increíble Roni

- Gracias Pau. La verdad es que he intentado darlo todo

- Tú siempre lo das todo

Me acerco a ella y la beso muy suavemente. Dejo que se adapte despacio a mis labios y que sea ella la que mande en el beso. Su lengua roza la mía y cuando lo hace un volcán estalla en mi cuerpo. La agarro bien del culo y la atraigo más a mi cuerpo. No es la primera vez que lo hacemos en el sofá del camerino. Unos golpes en la puerta nos hacen separarnos.

𝓛𝓪 𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪Where stories live. Discover now