Capítulo 1.

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Suelto un quejido y apoyo mi frente en el escritorio derrotada. ¿Por qué nadie habla? ¿Acaso es una secta? ¿Están encubriendo algo?

—No te contestó.

La voz de mi mejor amiga me provoca levantar la cabeza y formar un puchero con mis labios. Niego mirándola, hace una semana estuve chequeando algunas cajas que tenemos ocultas en el sótano de la agencia y encontré un archivo Sector B.A.

La curiosidad me llevó a leerlo por completo en el menor tiempo que estoy acostumbrada, solo hay conclusiones e hipótesis, pero nada confirmado y eso no puedo dejar pasarlo. Mi trabajo es todo para mí, desde pequeña me puse la obligación de no abandonar ni un caso in resuelto.

—No, sí me contestó su secretaria. Me dijo que no podía decirme nada que la disculpara.

Emma Smith es mi única fuente segura, las cámaras la captaron yendo al bosque Allen con sus amigas hace siete años. Eso fue lo único que halle más real, después todo son puros disparates.

—Deberías renunciar ya a este caso. No has encontrado nada, Leyra.

—¿Dejarlo? ¡No! Sé que hay algo más, puedo sentirlo Leah.

—Yo creo que te estás obsesionando, ¿Qué quieres encontrar? — Leah toma asiento frente mío luego de cerrar la puerta. Leah Davies no es solo mi mejor amiga, es mi jefa.

Ella realmente es una diosa, tiene a todo el cuartel hechizado y no exclusivamente hablo de los hombres, varias mujeres también la observan. Si tuviera que describirla seria; cabello negro oscuro, unos grandes ojos marrones claros, alta, rostro tallado a mano, sin olvidar que es una luchadora fenomenal y se le da muy bien disparar, bueno, eso es obvio si es agente del FBI.

—Anda dime, ¿Qué logras con todo esto?

—¿Descifrar un caso de hace siete años sin resolver?

—¿Estás preguntándome o contestando mi pregunta? — dice sonriendo de costado.

—Sabes perfectamente que me encanta mi labor y me lo tomo muy en serio. No es obsesión, estoy muy segura de que algo más extraño sucede en ese bosque.

—Lo sé. Sé lo laboriosa que eres, pero esto está llegando a un límite, no puedes pasarte horas examinando un archivo sin resolver desde hace mucho tiempo. ¿Por qué nadie halló una solución? ¿Ah? Quizás no necesitaba ni una investigación, es pasado, Leyra. Y no me hagas suspenderte hasta que razones.

—Leah...

—Hablo en serio, puedes ser mi amiga, pero soy tu jefa y necesito que estés concentrada en los nuevos casos. Eres muy valiosa.

—Escucha, tal vez si me obsesione, tal vez no haya ninguna respuesta. Pero mi intuición me expresa que siga buscando, por favor, no me suspendas, quiero descubrir — mis manos se juntan suplicándole. Una parte de mí dice que estoy muy cerca de resolverlo, solo necesito unos empujones más y podré descubrir la verdad.

—Te doy una semana más, si no obtienes nada relevante, olvídate del caso, ¿Entendido?

—Muy entendido — sonrió de oreja a oreja.

Me coloco los lentes que están en el escritorio y enciendo mi computadora, debo leer el archivo de Emma Smith y darle una visita inesperada. No hay mucha información de ella desde hace siete años, solamente puedo ver que ha aparecido en varios eventos junto a un misterioso hombre, todo Nueva York habla de ellos, son la pareja más jodidamente perfecta. El hombre es un dios griego, ojos grises brillantes, cabello rubio y ni hablar de su cuerpo, Dios mío, se te cae la baba de nada más verlo.

Debería ir a su empresa, puede que me dé alguna pista que me ayude a descifrar este caso. Anoto la dirección en mi libreta y arrancó la hoja.

—¿Te vas a ir ahora?

LeyraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora