Capítulo 2.

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No tengo idea de cuántos minutos han pasado en los que estoy sentada frente al escritorio de la mejor jefa de cosméticos mirando todo a mi alrededor.

Tiene una oficina muy elegante y sofisticada. Sin olvidar que huele riquísimo.

—Disculpa la demora — una dulce voz suena a mi lado izquierdo, la misma Emma Smith acaba de entrar con una enorme sonrisa, de inmediato me pongo de pie y me acerco a estrechar nuestras manos. Estoy sin palabras, esta mujer es una diosa total, el conjunto que lleva puesto le hace una silueta envidiable — me dijeron que eres... ¿Criminóloga?

—Sí. Soy Leyra Brown, es un placer conocerla.

—Dejemos las formalidades. Toma asiento. ¿En qué puedo ayudarte?

Ambas nos sentamos. Ella me observa con los brazos cruzados y con una sonrisa de lado.

—Estoy investigando un caso y necesito su ayuda. ¿Podría darme información del bosque Allen?— voy directo al punto.

—¿El bosque? ¿Qué tengo que ver yo con el bosque Allen?

Sin contestarle saco la carpeta que guardo en mi maletín donde está toda la información y le tiendo una fotografía tomada donde se aprecia a ella con sus tres amigas caminando hacia el interior del bosque. Al ser criminóloga, soy muy observadora. Puedo ver perfectamente el momento en que su cuerpo se tensó por completo y eso me da más sospechas de que algo sucede ahí.

—No puedo ayudarte, lo siento. — me tiende la hoja y su rostro muestra una seriedad muy poco común para ella. Si, me declaro muy fan de su trabajo. La sigo desde que empezó su empresa y aún no soy capaz de creer que estoy frente suyo.

—Sé que la estoy incomodando, pero ¿No puede decirme aunque sea algo que me ayude?

—De verdad que no tengo nada para decirte. Me pones en una situación difícil — asiento resignada. Era de esperarse tener esa respuesta, me siento un poco decepcionada —¿Por qué te interesa? — su pregunta me hace verla con el ceño fruncido.

—¿A qué se refiere?

—Viniste exclusivamente acá solo por una foto — señala.

—Este caso de verdad me interesa mucho y no voy a rendirme hasta encontrar una respuesta.

No tengo la mínima idea que es lo que pasa por su mente cuando sus ojos empiezan a brillar de una extraña manera.

—"Si quieres llegar a donde la mayoría no llega, necesitas hacer algo que la mayoría de las personas no hacen" — dice y finaliza guiñándome un ojo.

(....)

Quizás en otra vida estuve loca. Porque estoy a punto de cometer un acto suicida. Me describo como una persona que no se toma el tiempo en pensar, sino que me mando de una y aunque sea consciente de que esté cometiendo un error. Así soy yo.

Mi celular suena en la guantera del auto, lo tomó con rapidez mirando hacia adelante. Presiono el botón verde.

—¿Dónde estás? — La voz de Leah se escucha fuerte y clara cuando coloco el celular en altavoz.

—Yendo a casa — le contestó sin dejar de mirar la carretera — ¿Ya saliste?

Estoy terminando de firmar los documentos para el segundo Jefe.

Hace varios meses tuvimos la idea de irnos de New York, queremos conocer otros países. Explorar todo el mundo si es posible, sé que es difícil, pero queremos recordar que tuvimos una grandiosa vida juntas. Nuestro vuelo es hacia Italia. Creemos que sería bueno trasladarnos allá por unos meses, nos comunicamos con el gobierno y nos dejó a cambio de transferir a un superior a nuestro cuartel, obviamente tomamos las medidas justas y averiguamos todo sobre dicho superior.

LeyraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora