Epílogo.

225 40 6
                                    

Después de muchas dudas y momentos de reflexión, finalmente sé lo que quiero. Miro a Boris y Alexey, mis dos compañeros, con determinación en mis ojos.

—Estoy lista —me oigo decir con voz firme.

Boris y Alexey intercambian una mirada llena de complicidad y luego vuelven su atención hacia mí con una sonrisa radiante en sus rostros.

—¿Estás segura, mi amor? —me pregunta Boris, buscando confirmación.

Asiento con determinación.

—Sí, estoy segura. Quiero estar con ustedes, quiero formar parte de este vínculo único que compartimos.

Porque siempre he sido la chica de los indeseados y estoy más que lista para dar el siguiente paso.

Alexey se acerca y me toma de la mano con ternura.

—Eres la luz de nuestras vidas, y estar juntos es lo que más deseamos —me dice con dulzura.

Boris me rodea con sus brazos fuertes, y su cálido abrazo me hace sentir segura y protegida.

—Juntos enfrentaremos cualquier desafío, juntos seremos invencibles —afirma con convicción, su voz resonando con fuerza.

Con una mirada llena de complicidad, Boris y Alexey se acercan a mí. Sin decir una palabra, ambos inclinan sus cabezas y suavemente marcan mi piel en el cuello, sellando nuestro vínculo de una manera que trasciende lo físico.

Un escalofrío recorre mi cuerpo al sentir sus gestos, pero sé que este acto fortalecerá nuestro lazo de manera inimaginable.

Cuando se apartan, siento una conexión más profunda que nunca antes. Boris y Alexey me miran con amor y complicidad, y sé que ahora nuestro vínculo telepático será más fuerte que nunca.

—Ahora, cada vez que necesites encontrarnos, solo tienes que llamarnos telepáticamente. Estaremos siempre contigo, mi amor -me asegura Boris con su voz grave y reconfortante.

Asiento con una sonrisa, sintiendo la fuerza de nuestra unión palpitar en cada fibra de mi ser.

—¿Lo sientes, cariño?

Jadeo.

—Así es como nos sentimos a cada hora.

Muerdo mi labio. Dios. Esto es muy intenso.

—Necesito... —mi voz tembló apenas, sintiendo cómo cada fibra de mi ser clamaba por más. No podía negar el deseo que me quemaba por dentro, una necesidad que iba más allá de lo físico, una necesidad de conexión más profunda.

—Quiero que estemos juntos —susurro finalmente, dejando escapar la palabra que resonaba en lo más profundo de mi ser.

—A sus órdenes.

Boris me empuja suavemente y me acaricia, quitando mi camisa blanca de algodón. Mis ojos ruedan cuando sus manos trabajan en mis pezones.

—Muérdelos —pido, con un tono cargado de deseo.

Boris suelta una pequeña risa ahogada y obedece sin ninguna duda. Y siento los labios de Alexey presionados contra los míos. Tira de mi labio inferior, su aliento cálido roza mi piel.

—Por mucho que quiera estar contigo ahora, no creo que haya mucho espacio para que realmente nos divirtamos—añade, con una nota de diversión en su voz.

Una risa escapa de mis labios mientras me acomodo entre ellos, saboreando el placer de su contacto y anticipando lo que estaba por venir. Nos dirigimos rápidamente a la habitación, me desnudan por completo y me siento viéndolos quitarse su ropa. Son tan atractivos, altos, musculosos y todos míos. Y no me pierdo el detalle de su deseo palpable.

LeyraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora