Capítulo 13.

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Desde ayer ha pasado un mes desde que estoy aquí. Las cosas están yendo de maravilla, me siento bien y no hablo del orgasmo que me dio Boris, sino que siento que desde hace bastante la brecha de desconocidos se saltó, disfruto. Como me dijo Leah.

—Sígueme contando.

Boris acaricia mi cabello con cariño, estamos acostados encima de una sábana oscura cerca de las pequeñas sirenas, este lugar es nuestro. Nuestra conexión está mucho mejor que antes, no miento que quizás me quedó la sensación de su mentira, pero él quiso descubrir si se generaba algo de interés en mí. Es listo. No me gusta que esté ayudando a Marisol, pero debo aguantar, ella nos ayudará, aún no sé por qué se cambió.

—Ya te conté todo de mi vida, y tú no me has dicho casi nada.

—¿Qué quieres saber?

Giro la cabeza mirándolo a los ojos. Su fragancia se siente como si yo misma la llevara. Una de sus piernas está por encima de la mía, no sé si es para tocarme o por lo posesivo que es. Confieso que un lado mío le encanta lo posesivo que son ambos, se siente como si fuera una estrella en un mundo oscuro.

—Lo que quisieras contarme.

Sonríe bajando la mano por mi brazo y acercándome a su cuerpo.

—Te deseo aún más después de saborearte.

—Eso no, Boris. Tu vida, no tus pensamientos cachondos.

—Tú eres parte de ella.

—Eres igual a Alexey.

—Mentira. Soy único.

No responde él, sino el susodicho. De mi lado derecho se oscurece, Alexey está parado con un pantalón corto y sin remera, mostrando sus músculos y abdomen trabajado con su tatuaje, desearía pasar mi uña por esas raíces.

—¿Qué haces acá? —le pregunta Boris, con curiosidad.

—Venia a ver a dónde te llevaste a mi mujer.

—¿Perdón?

—A nuestra mujer le gusta estar viendo a las Nixies.

—Eso veo. ¿Ceno?

—Estofado de carne.

—¡Oigan, estoy aquí, puedo hablar por mí misma!

Suelto una carcajada animada. Los ojos de Boris brillan con diversión y ni hablar de los ojos café de Alexey. Malditos.

—Los hombres están hablando, mujer.

—Bueno, "Hombres", vayan a otro lado hablar de mí.

Señalo al otro lado. Es probable que me acerque a espiarlos.

—No te enojes, Bombón.

Alexey me empuja más cerca de su amigo y se acuesta también, estoy en el medio de músculos, parecemos un sándwich. No me quejo. Suspiro.

—Cuéntame entonces tú, tu vida.

—¿Yo? Boris es primero.

—Te miro a ti.

—Porque me acabo de recostar.

—¡Ya! — levanto las manos, son peor que los niños peleándose— No empiecen, cualquiera de los dos.

—¿Qué me das a cambio? — lo fulmino con la mirada — Bien, bien. Alexey Hael Stoms. Soy Rey de la manada Indeseados, la más antigua y respetada de todas. Mi fuerza y resistencia son incomparables, y mi liderazgo es indiscutible— habla con orgullo y seriedad. —Mis padres murieron en un ataque cuando yo tenía solo diez años. Fue el día más triste y duro de mi vida. Pero no me rendí. Aprendí a gobernar con la ayuda de mis consejeros y de mi mejor amigo.

LeyraWo Geschichten leben. Entdecke jetzt