Capítulo 17.

279 37 22
                                    

Antes de sumergirnos en las emocionantes páginas del próximo capítulo, queremos hacer una pausa para felicitar a Angeecarrara, la afortunada ganadora de nuestro reciente sorteo. ¡Prepárate para descubrir los secretos que Leyra tiene guardados para ti! ❤

Boris toca mi boca con....

"¡Importante aviso para mis lectores! Debido a las nuevas normas de Wattpad, mis libros completos con escenas censuradas estarán disponibles en Inkitt y Booknet. Próximamente, crearé un grupo en Telegram donde publicaré las versiones completas en formato PDF. ¡Estén atentos para más detalles! Gracias por su apoyo continuo." 

Termino de darme una ducha con agua tibia. La sonrisa enorme en mi rostro no se borra, mis ojos están más brillantes de lo normal y me siento feliz, tranquila. Salgo del baño y suelto un grito sorprendida al ver a Leah sentada en la cama con un libro. ¿Qué hace con un libro ella? ¿Y de medicina?

—Leah, casi me da algo.

—Creo que ya te dieron algo —hace énfasis en el 'algo'. Me mira con una ceja arqueada.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—No te hagas la desentendida. Dejaste que pusieran sus garras en tu cuerpo.

—Puedo... yo...

—Ley, está bien. Me alegra verte contenta.

Frunció el ceño al verla sonriendo. 

—¿No estás molesta?

Estira sus piernas, sentándose en la cama.

—¿Por qué estaría molesta? Eres libre de hacer lo que deseas. ¿Te cuidaron?

—Sí. Me trajeron y alimentaron. No querían separarse de mí, pero los necesitaban. Y me gusta pasar tiempo con ellos, no quiero que pienses que cambié de idea por el simple hecho de estar con ellos, eso ayudó de algún modo a darme cuenta. Ahora sé lo que quiero.

Decir eso es como soltar todo el aire retenido. 

—Me alegra oírte hablar así.

Me abraza por los hombros.

—¿Y viniste solo a eso?

Claramente siento su cuerpo tensarse.

—Eh... sí. Venía a ver cómo estabas, ya que me tienes abandonada.

—¿Abandonada? La única que debe hablarme eres tú, que haces con ese libro. Yo te conté, así que suelta.

—¿Escuchaste eso? Me están llamando.

—Leah.

—Debe ser urgente, bye.

—¡LEAH! ¡NO ESCAPARÁS SIEMPRE!

Escucho su carcajada mientras se aleja, dejando un eco de misterio en el aire. Me quedo allí, con una mezcla de frustración y diversión. Leah siempre ha sido así, escurridiza como el viento y tan impredecible como el clima. Pero esta vez, su huida parece más una táctica para evadir una conversación seria. ¿Qué esconde detrás de esa actitud despreocupada y esas respuestas evasivas?

LeyraWhere stories live. Discover now