Capítulo 8.

544 73 25
                                    

Las palabras no salen de mi boca, es como si estuviera sellada. Nunca me había pasado esto antes, siempre tengo algún comentario o algo que decir. Lo único que me mantiene callada es cuando me atacan en el trabajo, solo ahí para no generar disputas, me silencio. Ahora, no sé qué decir o qué hacer, es todo tan extraño. Antes sentía como si estuviera dormida, pero en este momento desperté con sus palabras. Soy el alma gemela de dos hombres extremadamente apuestos. Ellos son un sueño húmedo para mí.

Muerdo mi uña mirando la habitación sin verlos ni un segundo, puedo sentirlos mirándome, pero están esperando pacientemente mi movimiento, no tengo ninguno. Entonces, me doy cuenta de que Leah es alma gemela de Feddei. Ay, Dios, no quisiera ser él. Quizás lo golpee o se ría pensando que es mentira o alguna estúpida broma de su parte. Eso pensé yo. No creo que sean capaces de engañar, o tal vez sí, no los conozco. Además, la honestidad se vio reflejada en sus ojos.

<<Quieren una oportunidad>>

Ese pensamiento es el único clavado en mi mente.

—¿Cómo llegamos aquí? —pregunto hallando mi voz y mirándolos. Siguen en la misma posición.

—Eso no lo sé, estamos averiguando. Solo supimos que debes esperar hasta la siguiente luna llena para volver — me contesta Boris cruzado de brazos. En su voz se oyó tristeza. Debe ser ese lazo del que hablan. Supongo que no es fácil dejarme ir.

—¿Y... cuándo sería eso?

—Dentro de dos meses.

Alexey se mantiene callado. Su cabeza debe estar pensando en muchas cosas y su entrecejo me lo confirma. Puedo ver que ambos están disgustados con la idea de que me vaya. Dos meses. Es bastante tiempo. Tengo tantas preguntas que no sé por cuál empezar.

—¿Conocen a Emma Smith?

Puede que ella me ayude, supongo que sabe como volver a mi mundo, si ella está allá. Y sabe lo del bosque, maldita sea. Sabía que el bosque Allen era un portal y ella hace seis años lo visito con sus amigas y ahí conocieron a sus esposos, están al tanto del lazo y de este lugar. Sin embargo, la pregunta: ¿Por qué me trajo hasta acá? ¿Qué motivo le dio decirme que investigara más de cerca?

—¿Emma? No, pero me suena.

—Debe ser alguien del otro lado — salta Boris, pensativo.

—¿Del otro lado?

—Si. Pasando el puente Neill están varias manadas, la nuestra y una más son las más alejadas. Por esa razón está el campo. Y nos sorprendió que ustedes lograran pasarlo, solo se abre en algunas ocasiones.

—Oh, wow....¿Por qué está ese campo?

El ambiente se vuelve tenso en la habitación. Creo que mi pregunta no fue la mejor.

—Eso lo dejaremos para otra ocasión. Lo que te diré es que nos llaman los indeseados.

—¿Indeseados? — hago una mueca—. No creo que ese nombre les quede. Ustedes son más bien como un vicio.

Mierda. La sonrisa de ambos es enorme y me complace de alguna manera saber que provoque eso, pero estaba pensando en voz alta. Qué vergüenza, debería controlarme.

—Gracias, Bombón. Mi ego acaba de aumentar mucho más.

—¿Bombón?

—Sí, le queda. Es dulce y seguramente sabrá delicioso —me guiña el ojo, siento cómo me ruborizo. Este hombre es directo y tiene un encanto atrayente. Aún lamento que le hayamos disparado, aunque no fui yo, estaba ahí.

—Deja de ponerla nerviosa.

—Me gusta ver sus mejillas rojas. ¿Te pondrás también...? —pregunta, con una sonrisa pícara.

LeyraWhere stories live. Discover now