Veintidós

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Skeppy miró las hojas regadas sobre la mesa con algo de desanimo. De una u otra forma, sentía que algo grande estaba terminando y no podía alcanzar a concebir que su viaje al peligroso y mortal Nether era ese algo. Todo tiene que terminar, pero no se sentía como si de verdad estuviese terminando aquello. Cambió su enfoque de la mesa hasta otra figura en la habitación.

¿De verdad estás seguro que quieres irte? Hizo un último chequeo a su alma gemela, quien le observó por unos segundos entre divertido y anonadado antes de asentir dos veces.

Tan seguro como he estado en las últimas fases respondió con una sonrisa que dejó entrever fácilmente una hilera de dientes afilados. Skeppy le devolvió la sonrisa antes de caminar algunos pasos hasta la mesa cubierta de las hojas encantadas, agarrarlas, darles un último vistazo y después doblarlas juntas por la mitad para arrojarlas al mismo lugar donde las tomó. Su acción no tuvo ningún sentido, pero le tranquilizó momentáneamente el sentir que había hecho algo.

Ya tenía la armadura de oro puesta y se aseguró que los ropajes por debajo estuviesen bien colocados en medio de un proceso que conocía bastante bien. Claro, sin importar que tan bien los colocase, si volvía a meterse en un percance con el cabrón de un guardia, de poco iba a servir, pero mientras pudiese alejarse de los problemas, serviría de sobra.

O-Oh, Dios mío —Alcanzó a escuchar la voz suave de su alma gemela. Se giró para observar como Bad estaba teniendo problemas con los ropajes para ocultar sus cuernos y su halo. Habían practicado en varias ocasiones como parte de la preparación para el sencillo plan de escape que habían armado, pero Bad muchas veces había expresado la increíble incomodidad que le traía hacerlo, ya que forzar a su halo a moverse de posición y poner demasiada presión en sus cuernos era doloroso.

La gema vio como luchó con ello por tres segundos antes de acercarse hasta él, ponerse de puntillas y arrebatarle la tela de las manos.

Permíteme hacerlo —susurró suavemente mientras le hacía un gesto cariñoso . El demonio soltó un corto gruñido antes de ponerse de rodillas e inclinar la cabeza con cuidado hasta que estuvo al alcance de la gema.

Ten mucho cuidado advirtió a media voz. Skeppy sonrió con algo de ternura mientras observaba la mirada precavida que le ofreció su alma gemela. Bad, después de todo, era un demonio Wither, lo que significaba que cualquiera de sus ataques no solamente causaría el daño del golpe, sino que también infectaría a la persona con el efecto de Descomposición, el cual era bastante auto-explicativo. Pero, claro, el ataque tenía que penetrar en la piel para infectar. Skeppy era una gema dura, su cristalización no iba a ser sobrepasada por un toque incidental de Bad. Quizás si el demonio tratase de pegarle un golpe en serio, lograría quebrar su piel e infectarlo, pero no estaban ni cerca de la situación.

Skeppy se aseguró que su alma gemela observase como cristalizaba sus manos desde la punta de los dedos hasta arriba del codo y comenzó a trabajar. Una cristalización parcial era mucho más inestable y difícil de mantener que una completa, pero la gema sólo iba a tenerla por unos minutos, así que estaría bien. Pronto, el halo estuvo bien sujeto bajo la capucha de colores cenizos y los cuernos no destacaban apenas.

¿Está bien de esa manera? preguntó la gema, admirando su trabajo—. ¿Duele mucho? Puedo aflojarlo un poco más sin que se vea nada...

No, está bien así. Muchas gracias —susurró Bad, levantando un poco la cabeza para intercambiar miradas. La gema aprovechó la cercanía de rostros para tomar sus mejillas.

Woah —farfulló mientras abría ampliamente los ojos. Bad se removió, incómodo, pero no se apartó.

¿Pasa algo malo? —preguntó, sonriendo levemente.

Mente en blanco [Skephalo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora