Treinta y uno

1.1K 181 68
                                    

La conexión de pensamientos se abría entre almas gemelas cuando ambas habían cumplido 18 años. Por esa conexión, casi cualquier pensamiento era comunicado entre las mentes de las almas gemelas. Sólo había dos excepciones: los pensamientos que tuviesen que ver con ubicaciones o nombres no se transmitían.

Si la conexión entre almas gemelas era mala, pensar en esas dos cosas incluso causaría un intenso dolor de cabeza. Era raro, pero en los casos donde las almas gemelas no hablaban el mismo idioma, sus pensamientos no se traducían, causando aún más problemas para que esas dos personas se encontrasen. Aunque les daba la ventaja de poder pensar libremente, ya que su contrario no podría comprender si soltaba el nombre de algún lugar o de alguna persona y, por ende, el filtro no se activaría.

Al pasar de los años, si no se habían encontrado, la conexión se desgastaría poco a poco hasta cerrarse. Si ambas almas gemelas habían tenido una buena relación, podrían reabrir la conexión en algunas pocas y contadas ocasiones, pero siempre se volvería a cerrar.

Ahora bien, las almas gemelas que se habían encontrado eran otro rollo. Al momento de encontrarse, la conexión se cerraba instantáneamente. Pero ellos contaban con la ventaja de poder abrir y cerrar la conexión siempre que ambos lo quisiesen así.

La conexión de Bad y Skeppy nunca fue mala. Quizás en un principio fue algo tortuosa por el constante pensamiento en ambos de no poder entenderse, pero no pasó de eso. Nunca se llevaron mal y sus únicas «peleas» fueron, o bien tonterías, o bien Bad regañando a Skeppy por pensar malas palabras.

Cuando Bad dijo que quería reabrir la conexión, no mucho pasó por la mente adormilada de Skeppy. Ni siquiera recordaba algo más que haber respondido con un «Sí, deberíamos» antes de volver a dormir. Pero al día siguiente, cuando despertó y se encontró en su cama, poco después del amanecer, se dio cuenta que era algo grande.

No tuvo tiempo para tratar el tema con Bad. Su familia llegó temprano para llevarlos a su nuevo y temporal hogar dentro de las montañas.

No era una mudanza, sólo un traslado, así que fue rápido, pero movido.

La gente gema dentro de las montañas estaba acostumbrada a la gente de fuera llegando y conviviendo. Las personas allí habían visto cientos de criaturas e híbridos, así como humanos realmente extravagantes, al punto que ya nada les sorprendía. «La gente del exterior siempre es extraña» era ya casi su lema. Por eso mismo no hubo ningún tipo de problema porque Bad y Techno llegasen allí.

Cuando Bad se hubo instalado en su habitación, después de muchas horas con el tema en la mente, Skeppy al fin pudo hablarle sobre el tema. A puerta cerrada en la vieja habitación de la gema. Techno había ido a mirar el sitio y su hermana le acompañó. Sus padres fueron a comprar cosas para la comida. Solos. Nadie para escuchar. Hasta parecía que su amigo y su familia sabían que ellos tenían que hablar y les habían concedido privacidad.

Y aunque Skeppy sentía que las mariposas dentro de su estómago iban a consumirlo, la conversación terminó siendo algo tranquilo.

Para ser sincero, la gema nunca había pensado siquiera en reabrir la conexión. Después de todo, no llevaba demasiado tiempo desde que se encontró con su alma gemela. El encuentro en el bosque distorsionado, el tiempo planeando todo con Techno, los días antes de la huida y la misma huida.

Sonaba a bastante, pero no habría sido más que un mes o dos. ¿O quizás sí había sido mucho? ¿Su propia percepción del tiempo se había jodido gracias a las medidas de tiempo que contemplaban tiempos más largos en menos unidades? A saber. A final de cuentas, ya ni siquiera le importaba.

Eso sí, que se joda el Nether.

En fin. Skeppy no lo había pensado. Pero al parecer, Bad sí lo tenía en mente. Hablaron por horas. Hubo pros. Salieron contras. Acordaron que podrían abrir la conexión y cerrarla conforme se sintiesen cómodos. Sin reclamos, sin preguntas. Ambos dijeron que tenían el derecho a tener su privacidad cuando quisiesen. Después de esa larga plática, ambos salieron con un buen acuerdo.

Y a partir de ese mismo día, Skeppy volvió a escuchar la voz cantarina de Bad repitiendo canciones graciosas una y otra vez dentro de su cerebro. Y Bad pudo disfrutar, si es que eso era posible, del pequeño gran caos de pensamientos que se armaba dentro de la mente de Skeppy.

Y eso no pudo haberse sentido nada más que familiar.

[×°×°×°×°]

BadBoyHalo vivía en el Nether, donde sea que fuese. No tenía un «hogar». No quería tener uno. Era un nómada. Entonces escuchó una voz que no debería haber oído y su vida dio un giro que jamás esperó. Ahora estaba entre esas paredes de pizarra profunda, un tipo de piedra oscura y resistente que nunca había visto antes. Parecida y a la vez tan distinta de la piedra negra que veía cada tanto en el Nether. Piedra negra como aquella que conformaba el bastión por el cual escapó de su dimensión.

Era su hogar. Ahora tenía un hogar, y quería tenerlo. Nunca antes lo había querido, y ahora estaba allí.

Sí, esos eran pensamientos raros. Quizá cursis, aunque no lo admitiría. Pero Skeppy no los estaba escuchando. En ese momento, él dormía. Su lado de la conexión estaba en espera.

Las antorchas que le rodeaban con luz bailaron en la noche. Eran especiales, pues nunca se apagaban. Reconoció perfectamente cómo sucedía eso: tenían pequeños residuos de netherrack para mantener la flama siempre ardiendo. Y si tenían netherrack, eso significaba que tuvieron que haber ido al Nether para fabricarlas, antes de la guerra. Hace muchos años. Y eso era increíble.

La gente gema llevaba viviendo en esa montaña quizás tanto tiempo como Bad llevaba vivo. Y eso no sería tan increíble si la gente del supramundo no viviese tan poco. Pero esta gente sí vivía tanto. Simplemente... increíble.

Ya, estaba divagando. Pero no podía dejar de hacerlo. ¡Simplemente había mucho en qué pensar! Si no era una cosa, era otra. Cuevas, pizarra profunda, Nether, bastión, gallinas, clínicas, antorchas, gemas, cielo, sol, luna, estrellas, agua...

Un escalofrío recorrió su espalda mientras pensaba cuidadosamente. Y no pudo evitar pensar, por primera vez en toda su vida, que su cuerpo no se sentía del cálido habitual, sino… todo lo contrario. ¿Eso era el «frío»…?

Woah, eso era algo curioso en lo que pensar. Nunca había tenido un especial sentido del frío o del calor. Y ahora tenía frío, si era que no se estaba equivocando con las sensaciones de su cuerpo. ¿Si hubiese intentado salvar a Skeppy de caer a la lava, habría sentido calor por primera vez en la vida? Probablemente habría sentido algo más que calor. Pero se permitió pensar en ello a la par que pensaba en lo gracioso era el cambio que Skeppy había traído a su existencia sólo con el sonido de su voz.

Bad caminó en la oscuridad, mirando cada pequeño detalle de la habitación, sintiendo todo tan pequeño. O quizás él sólo era demasiado grande.

La conexión se reabrió. Vivía con su alma gemela. Tenía un mundo entero por explorar. Sentía que su historia estaba a punto de comenzar por fin. Pero también se sentía como un agradable final algo.

Podría acostumbrarse a esas nuevas sensaciones.
























Notas:

¡Muchas gracias por las 9k, 10k, 11k y 12k lecturas! No manchen, son un chingo, váyanse a leer otra cosa, por favor /jk jk jk. Los quiero mucho, gracias por todo el apoyo y por ser tan lindos siempre <3

El siguiente capítulo es el último, así que el último capítulo, epílogo y notas finales se publicarán casi juntos y pronto (ojalá). ¡Nos vemos!

The4Demons

Mente en blanco [Skephalo]Where stories live. Discover now