Chapter 9

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Pasaron al rededor de 30 minutos aproximadamente luego de haber hecho aquello con Jade. Ella dormía plácidamente en mí pecho, luego de haberse caído sobre mí.

Tocaron la puerta de mí habitación y escuché la chillona voz de Trina.

- ¡Tori! ¡Hay demasiada gente aquí, debes ayudarme!- Gritó desesperada y logré sentir cómo Jade brincó en mí pecho al escuchar estruendo que Trina le propinó a a la puerta.

- Shh... Tranquila, ahora vuelvo cielo.- Le dije suavemente en un susurro, la recosté en la cama y la arropé para dirigirme a la puerta, quitarle el seguro y salir por ella.

- ¡Pensé que eran solo tus amigos! ¡Y vinieron los amigos de los amigos de tus amigos!- Me tomó por los hombros y me movió desesperadamente como si eso fuera necesario a mis pensamientos para poder ayudarla.

Yo sólo me solté de su agarre con brusquedad y me dirigí a la sala bajando por las escaleras.

Solo podía escucharse el descontrol de las personas en la sala de estar de mí casa,  podía verse a la gente subir a las mesas, sillas, sillones o cualquier cosa que les sea útil para ponerse a bailar.

Trina volvió a mí lado y comenzó a hablar.

- ¡Hasta ví a unas personas intentando fornicar en mi habitación!-  He hizo una mueca de disgusto. Copié su acción y luego comencé a echar a la gente, hasta que finalmente quedaron menos.

- Ahora si, ¿Puedo regresar a mí habitación?- Trina intentó responder.

- ¿Qué te traes con Jade?- Apareció Regina asustándome.

- ¿Qué te picó?- Pregunté algo molesta y me retiré subiendo por las escaleras para entrar a mí habitación.

Entré y estaba Jade sentada en la cama con sus puños sobando sus ojitos.

- ¿A dónde fuiste...?- Preguntó con un toque... De inocencia diría yo.

Levantó su cabeza para mirarme cuando me coloqué al lado de la cama, tenía su ceño fruncido y un pequeño mohín natural de ella. Me senté a su lado y ella siguió mis movimientos con su mirada sin decir nada, esperando a que responda.

- Fui a ayudar a Trina, bebé. Había demasiada gente y habían varios que ya les había hecho efecto el alcohol.- Acaricié su cabello mientras le dedicaba una sonrisa tierna.

Ella asintió y me tumbó con ella, recostándonos juntas. Yo me encargué de taparnos con las mantas que llevaba mí cama con las que anteriormente, la había arropado.

Ella se subió sobre mí para volver a quedar sobre mí pecho, yo acariciaba su espalda con cautela y ella poco a poco se fue quedando dormida.

...

Sábado, 9:03a.m casa Vega.

Me desperté, y noté que una cabellera azabache irrumpía en mí vista, quité ese par de cabellos de mí rostro y me dediqué a ver la posición en la que nos encontrábamos. Mí rostro incrustado en su cuello, mis manos en su cintura, las de ella en mí pecho mientras que su delicado rostro tenía un pequeño sonrojo rosado. Sus labios entreabiertos al respirar, su rostro relajado y sus ojos descansando. Era una imagen muy bonita a mí parecer.

Regresé mí rostro a su anterior posición, comencé a besar la zona, a mordisquearla para luego aliviar el dolor con mí lengua. Noté como varios quejidos salían de aquella dulce boca, al notar aquello, levanté mí rostro y ví como sus ojos amenazaban con abrirse, tomé sus labios con los míos en un beso tierno.

Me separé de ella y sus ojitos azulados se abrieron y esbozó una sonrisa tímida.

- Buenos días, princesa.- Saludé mientras le dediqué un guiño generándole una risa.

- Buenos días.- Me devolvió el saludo y se quedó pensando. Se sonrojó de sobremanera y fue ahí cuando noté que había recordado lo de anoche.

- Tranquila, si tú quieres que sigamos como amigas sin nada de aquello, o directamente sin ningún tipo de relación, yo lo entenderé, ¿De acuerdo?- Le hablé rápidamente y ella volvió a soltar una risa. Fruncí mí ceño en confusión.

- No me arrepiento, Tori. ¿Sabes por qué no me arrepiento?

Negué y ella respondió.

- Porque fue contigo, Vega.

Ahí me di cuenta, en tan poco tiempo, me enamoré de Jade West. La gótica con mirada espeluznante, ahora está ella a mí lado, casi desnuda, sonrojada, sonriendo, riendo, y entré en confusión.

¿Yo le gusto a ella?

¿Qué tal si no? No soy suficiente para ella, ella es... Perfecta, y no puedo cargar con ese peso. Tengo miedo pero ahora no puedo pensar en lo que digo.

- ¿Yo... Te gusto Jade?- Pregunté y sentí como mis ojos se aguaron.

- Tori, debemos hablar de aquello.

Asentí y volvió a hablar.

- Tengo miedo, e inseguridad de que eso vuelva a pasar.- Dijo, y una lágrima acarició su mejilla terminando en sus labios.

- ¿Eso qué, Jade?- Pregunté y ella trago grueso.

- De qué jueguen conmigo, de que vuelvan a romper mí corazón, no hablo de Beck, pero lo hicieron.- Y luego esas lágrimas no paraban de salir.










You are my little girl, Jade.Where stories live. Discover now