H.A, 6:10a.m luego de dejar a los West.
Estábamos en el casillero de Jade, Regina y Beck hicieron su aparición detrás de nosotras mientras hablábamos.
- Jade me preguntaba si podías prestarme unos apuntes de biología, descubrí eres bastante aplicada en la materia.- Ajá y yo descubrí que Regina se le está insinuando a la pelinegra. Veo que Jade también se dió cuenta.
Regina plantó un suave beso en la mejilla de Jade como saludo y tomó su cintura en el trayecto, ¿Qué?
- H-huh... No vuelvas a hacer eso y si puedo prestartelos, sólo que me vas a deber algo y exactamente no sé si estés segura de querer eso, ¿Lo estás?- Preguntó Jade alejando la mano de Regina de la suya, apreté mí mandíbula.
- Claro, lo que quieras.- Dijo coquetamente, besó a Jade de forma corta en los labios, ¿QUÉ?
- ¡Oye! ¿Qué haces Regina?- Pregunté mientras la empujé por el hombro.
- ¡Regina, qué tengamos una relación abierta no significa que puedas meterte con mí ex!- Beck le gritó a la rubia.
- ¡Ay! Pero que delicados, fue solo un beso, además, no es que le haya molestado al bomboncito ardiente.- Regina sonrió de forma arrogante. Admiré como Jade se veía rígida.
- Uno.- Jade comenzó el conteo.
- Es mejor que corras del gatito enojado.- Le dije y levanté una ceja.
Regina caminó elegantemente, pero dejó el pasillo.
- Disculpa en serio, Jade.- Beck se disculpó.
- No es problema pero ten vigilada a tu rubia, no es que esté interesada.- Se notaba la molestia en la voz de la pelinegra, se retiró y yo la seguí.
La ojizarca se encontraba algo lejos, no tanto, pero podía admirar el vaivén de sus caderas y su firme trasero en aquel jean negro ajustado. Mordí mí labio.
Llegamos a su clase, pensaba despedirme con un suave beso, si, exacto, la seguí solo para darle un beso de despedida, me acerqué a ella y tomé su cuello para luego mover mí mano hacia su cabello para poder tomarlo y besarla suavemente, eso fue exactamente lo que hice pero recibí otra respuesta.
En cambio, Jade lo convirtió en un beso desesperado. Yo respondí tomando el control de sus labios y su cuerpo estaba a mí disposición, ella siempre estaría a mí merced. Mí lengua exploraba toda su cavidad bucal y saboreaba sus labios con sentimiento, aproveché de que habian casilleros a mí lado y la empujé fuertemente y sin piedad recibiendo un quejido que fue silenciado por mí lengua.
- Señorita West, cuando acabe de atragantarse por favor ingrese a mí clase.- El profesor de matemáticas le habló a la pelinegra sumisa que ahora se veía ruborizada y tímida. Sonreí arrogante.
- Nos vemos luego, cariño.- Planté un suave beso en sus labios sin dejar que responda y me retiré a la clase de biología que me tocaba con Regina.
...
"¿Así que ahora te comes a mí pelinegra?" Podía leerse en la notita que Regina me lanzó a la cara.
"MÍ pelinegra nunca fue de tu propiedad." Escribí en la parte trasera de la notita y se la arrojé. Logró atraparla. Cuando la leyó, la tiró al suelo y la pisoteó regalándome una sonrisa soberbia.
Terminé ignorandola, al terminar la clase encontré a Jade en su respectiva taquilla intercambiando libros y cuadernos de actividades.
- Será mejor que guardes aquello, me debes algo y lo arreglaremos en tu auto.- Admiré su tierno ceño fruncido.- Ahora.- Hablé más autoritaria.
- Está bien.- Habló suave.
Guardó sus cosas y se aferró más a su bolso que sostenía por su hombro. Se veía más asustadiza que de costumbre. Nos encaminamos hacia el estacionamiento hasta encontrar su BMW negro.
- ¿Vamos...?- Comenzó la pelinegra.
- No digas nada.- Interrumpí mientras tomaba las llaves de Jade que llevaba en su bolsillo. Abrí el auto en la parte trasera y me senté en el.- Entra ahora.- Ordené.
- Pero...- Jade se sonrojó.
- Sin protestas, West.
Jade no dijo nada más y entró en el auto, apenas llego a entrar cerré la puerta con impaciencia, luego tomé las caderas de la pelinegra y la senté a horcajadas sobre mí regazo. Voy a aprovechar al máximo que los vidrios sean polarizados.
- Me encantan tus sonidos, sí, pero ahora, llegas a protestar, hablar, jadear, gruñir, o gemir, te ganas una nalgada, ¿Entendido?- Jade asintió obedeciendo.
Quité su chaqueta de cuero negra, admirando la camisa blanca que llevaba debajo, ésta camisa se apegaba a las curvas de mí menor y acaricié aquellos relieves de su cuerpo.
- Quítate tu blusa, hazlo lentamente.- Dije y Jade suspiró nerviosa, me encanta tener éste poder sobre ella.
Jade movió sus manos delicadas y temblorosas hasta el dobladillo de la camisa blanca y se sujeto de ésta, trago grueso y luego comenzó a levantarla con gran paciencia. Pude admirar su piel lechosa y suave con un par de marcas de mí parte. Luego arrojó aquella blusa en alguna parte del auto, comencé a besar su abdomen y pude notar como cerró sus ojos.
- Ojos abiertos.- Le recordé con mí voz aterciopelada.
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Maratón 4/4.
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You are my little girl, Jade.
RandomLos pongo un poco en contexto. Tori ingresa a su nuevo colegio, Hollywood Arts. Nada podía estropear su buen comienzo de clases. Hasta que tuvo que perderse en esos ojos felinos color cielo que cuya dueña, era una bravucona, que en la profundidad, n...