Cap. 46

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— regresalo —

— no quiero — se reía en la cara de Vegetta

Había creado una barrera, alrededor de él, la doncella y el guerrero hacían movimientos en vano, pues la muerte solo se reía de su patética existencia.

— Para — dijo Akira, tomando la mano de Vegetta — es inútil

— chica lista — decía riendo — ¿dónde está Lana? — miraba a todos lados — ella era mi favorita, su sufrimiento es tan delicioso — parecía una bestia que ponía todos sus instintos alertas

— ella está en un lugar seguro — dijo la mujer enojada

— Mónica — dijo la muerte enojada — quizás debería matarla, para devolverme lo que es mío — caminaba en línea recta y regresaba se veía enojado — viendo todo desde el más profundo lugar de Luzu, como quitaba y ponía cosas, lo odiaba, odiaba a todos los estupido seres que se metían en nuestra vida — en las palabraa finales se escuchaba como si muchas personas estuvieran hablando — amigos... amores... — dio una pausa más larga y miró a la casa, se escuchaba un pequeño llanto, poniendo a Akira y Vegetta alterados — familia... — sonrió y empezó a caminar para la casa

Los dos empezaron a intentar detenerlo, pero era muy tarde, ya no había nada que lo detuviera, la casa entera se cubrió de una barrera que parecía indestructible, muertos empezaron a salir del terreno de Luzu y estos mismos atacaban a Vegetta y Akira.

El pequeño llanto se escuchaba desde la cuna, la niña estaba llorando cada vez más fuerte, con sus ojos cerrado desbordando de lágrimas y sus manitas apretadas dando patadas, muerte miraba a aquella criatura tan interesado, acercó su mano, pero antes que llegara su mano esta fue electrocutada, sonrió de forma sádica y empezó a golpear de manera errática, pero cada golpe era repelido.

Recordó que Luzu hizo algo antes de empezar el ritual, había protegido a su bebé, empezó a reír, se estaba molestando mucho con Luzu, quería hacerlo sufrir, pero parece que nunca lo logra, en que momento el corazón de su mejor portador había cambiado tanto, lo odiaba, siguió intentando hasta que la niña abrió los ojos y al verlo, dejó de llorar, empezó a reír y a pedir que la cargaran.

— porque sonríes — dijo serio mirándola desde arriba — te burlas de mí — dijo enojado — cría humana dependiente. — la niña gritó emocionada — me das asco — esta vez acercó su mano sin maldad a dispuesto a cargarla — tu y Luzu no se parecen — dijo tomándola de la ropa y mirándola sin él más mínimo cuidado — que despreciable — la niña tomó la cara de él con sus manos haciendo sonido con la boca — te odio — la bebe seguía riendo — qué interesante juguete — la cargó ya bien — veamos Luzu tu solo molestas — decía porque escuchaba la voz de Luzu desde dentro gritándole, la pequeña se aferraba a la ropa llena de sangre — eso está sucio — le quitó la corbata de la mano y la limpio — tiene algo interesante las crías — Salió de la casa con la niña en brazos, los muertos se pusieron en fila, la bebe los saludaba emocionada y riendo — eres mejor que tú estupido padre — Vegetta y Akira veían espantados aquella escena — bien Luzu tú ganas — empezó a reír, otra vez el tornado negro los envolvió. — cuando crezcas tú serás mi recipiente — besó su frente y la niña río tomando su cara, inconscientemente pactando un trato con el diablo — nos vemos Luzu — empezó a reír y cambió con Luzu

— muerte — dijo Luzu ya otra vez en su cuerpo abrazando a su hija — que demonios — la muerte se reía en su interior

vamos a divertirnos Luzu, yo te di mi poder, tu hija es un buen pago, disfrútala mientras puedas — seguía riendo y Luzu solo se quedó asustado abrazando a su hija con lágrimas en los ojos

— perdón — decía en un susurro — perdóname amor — el tornado desapareció y Vegetta y Akira llegaron a ayudarlo.

Te amo Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz